Bombazo a las 10 y media de la mañana. No porque no nos esperáramos el beso entre Shakira y Gerard Piqué, que ya sabíamos que existía y que estaba por ahí oculto en un cajón bajo llave, pero desde luego que yo contaba con los dedos de la mano quienes serían las revistas agraciadas que podrían y querían pagar semejante suma de dinero por el que quizás ha sido uno de los besos más buscados de la farándula (y de verdad que no estoy exagerando). Ahora sí que sí, la cosa ya no puede asegurarse más porque el beso lo dice todo. Si una imagen vale más que mil palabras, con esta nos han dado un discurso de casi 4 horas.
Y yo que pensaba: hombre, como les veo tan animados con lo del Facebook y el Twitter, igual se animan y en vez de venderla nos la regalan a todos así by the face y no tenemos que vérnoslas para conseguir la revista. Tururú. Que el dinero es el dinero y ya se sabe que por pelas uno vende hasta su alma al diablo. Y mira que se había especulado sobre el precio, que la gente decía que valía más de 150.000 euros para luego subir hasta el millón de euros. Fue entonces cuando todo se fue al traste ya que se filtraron unas fotografías de la pareja saliendo agarrados de la mano de un restaurante de Barcelona y que no fueron publicadas ni por la revista ¡Hola! ni Lecturas, que eran los que se suponían que tenían el poder y las pelas para que nadie más les tocara su tesoro. Pues su gozo en un pozo porque ni fue así ni tampoco lo ha sido ahora, que la agraciada ha sido la revista Caras (me acabo de enterar de que existía esta revista).
La foto no tiene mucha más chicha. Un beso como otro cualquiera en el que se intuye que Shakira está de puntillas para poder llegarle a los morros a su amado. ¿El sitio? Pues ni idea, unos dicen que en Barcelona, otros dicen que fue en el famoso cumpleaños donde la cosa empezó a aclararse gracias a la foto que publicó Piqué gratuitamente… sea como sea las cosas por fin se han normalizado y hemos pasado de un waka-rumor a una waka-relación en tan solo unos minutos. Fíjate tú como son las cosas ¿eh?
Ahora sólo nos queda esperar que los tortolitos se pronuncien al respecto y digan de una santísima vez que sí, que están juntos y que les dejen en paz. Y a ver si les conseguimos ver agarraditos de la mano por la Rambla o dándose piquitos en una terraza. Lo que sí que estoy seguro es que después de esta foto, la polémica por fin se rebajará y desde luego que sufrirán algo menos de acoso, que sabiendo a que sabe ya el pastel, la gente en unos meses acabará empachada (y si no mirad a los Carbonillas, que ni el mazapán llena tanto como ellos).
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