No es nada fácil pasar de ser un jugador retirado de la NBA, de los que dan de comer a las palomas en el parque gozando al límite su jubilación, a que te digan por la calle '¡NOBEA! vaya pibonéxico!' a los 49 tacos de Shaquille O'Neal y con un confinamiento que aún hace estragos en las panzas. Pero no hay nada que se pueda poner por delante de este deportista de élite (al menos sin darle sombra): se lo ha propuesto y lo ha conseguido.
Esta espectacular transformación del exbaloncescista (¡qué digo transformación! ¡mutación! Es la crisálida de sí mismo) que ha pasado de parecer un Phoskito jugosito y bien relleno a lucir una tableta de cacao puro 98% cacao que me río yo de 'Nestlé Jungly'... Ese six-pack puede considerarse sustitutivo oficial de la botella de anís estas navidades para cantar villancicos raspándolo con una cuchara. ¡Por Dios santo! ¡Está más fuerte que el volumen de la televisión de una señora mayor!
Él mismo ha reconocido en la revista 'Men's Journal' que se dejó bastante a raíz de una serie de sucesos bastante duros en su vida: “Mi hermana falleció. Y luego Kobe Bryant falleció también. Y luego otras muchas pérdidas. Fue un año realmente malo y no quería hacer nada. Y cuando eso sucede, pero quieres evitar otro tipo de problemas, hay dos cosas que puede hacer: comer y Netflix”, revelaba el cuatro veces campeón de la NBA.
Saq, que se atiborraba a comer en el 'Goiko Grill', a Magnums almendrados y bebería cerveza en cantidades industriales, recuerda perfectamente cuál fue su punto de inflexión (literalmente, de ponerse en el mood de hacer flexiones): “me crucé a un anciano de unos 70 años con músculos por todos lados”, ha confesado refiriéndose al día que vio a José María Aznar paseando por una playa de California.
Un cambio físico tan heavy como este no se entiende sin grandes sacrificios, sin renunciar a los mayores vicios que nos hacen pecar y picar entre horas o que nos hacen engordar tontamente. En su caso, parece ser que O'Neal era Mr. Bimbo:
“Empecé a comer mejor y a tomar mejores decisiones. Mi problema es que siempre he sido un tipo de sándwiches. Sándwich para el almuerzo, sándwich para la cena, sándwich para la merienda. Y cuando todo se me vino encima el año pasado y no podía dormir, me levantaba y me hacía un sándwich a las tres de la mañana, otro a las cinco... Me di cuenta de que no podía seguir así y me dije a mí mismo, ‘quiero quitarme la camisa en Instagram por última vez’”, ha compartido revelando que el postureo ha sido fundamental en su gran cambio, el leitmotiv en esta 'operación macizorro', madurito sexy.
La rutina deportiva de Shaquille O'Neil
Shaquille O'Neal ha cambiado de registro por completo: de poder interpretar en una peli al típico policía americano Simpsoniano que hace guardias desde el coche patrulla atiborrándose a donuts, ahora ha pasado a ser el típico que, si te mete un guantazo, te manda de un viaje (y sin escalas) a Alcalá Meco, desde Estados Unidos no olvidemos. ¡Vaya portento físico, es impresionante!
Y claro, que veamos músculos que no sabíamos ni que existían en el torso desnudo de Shaquille O'Neal no es fruto solamente de cambiar el pan de molde de los sándwiches por el pan de espelta, integral o de masa madre. También tiene una rutina deportiva que hay que seguir a diario más religiosamente que los capítulos de 'Love Is In The Air' (que seguro que el deportista no se pierde ni uno) para que no se caigan esos múscules (de Hércules):
“Hago 20 minutos de cardio, y luego un poco de pecho, bíceps, tríceps, abdominales y espalda. En total, aproximadamente una hora al día. Todavía tengo dolores en la cadera y articulaciones así que no puedo estar saltando y corriendo. Aunque intentaré empezar a correr un poco. Una hora al día me mantiene alejado la barriga de Charles Barkley”, revelaba el rey del baloncesto lanzándole una broma de exfofisano a fofisano a su colegón también exjugador de la NBA.
Por último Shaqui, a modo de Aless Gibaja de los Lakers, ha lanzado su súper consejito del día dedicado a los más vaguillos de la casa, esos que han convertido en su sofá en viscoelástico dejando la marca de sus traseros en él:
"El cuerpo es un templo y tenemos que mantenerlo en forma. Sé cómo son las cosas, las personas de 45 años o más, que incluso hemos sido grandes atletas, tenemos trabajo, hijos, llegamos a casa tarde y realmente no tenemos mucho tiempo para nosotros. Solo queremos sentarnos, ver la televisión, descansar, relajarnos e irnos a dormir. Pero si puedes encontrar una hora al día para ir al gimnasio y ponerte en forma, te ayudará a sentirte mejor, verte mejor y hacer más cosas durante el día”, ha concluido Shaquille O'Neal en su entrevista como el nuevo armario empotrado de las leyendas del basket.