Podría decirse que David Beckham tiene una vida de lo más completa. No sólo ha sido uno de los jugadores más importantes de la historia del fútbol. También ha sabido montarse divinamente su retiro, a base de contratos como modelo de campañas publicitarias y demás historias. Y tiene una mujer que lo adora –y él a ella– y unos críos guapísimos. Vamos, que mal no vive. De hecho, su faceta de padre es de las que más alegrías le ha dado siempre, hasta el punto de que su cuerpo está lleno de tatuajes que tienen algo que ver con sus hijos.
No sé si Beckham tiene todavía algo de piel libre para tatuarse, pero viendo dónde se ha hecho el último algo me dice que anda un poco escaso. El caso es que el futbolista adora a su pequeña Harper, la niña de sus ojos, y ha convertido uno de los dibujos de la peque que lo retratan como su papá en un tatuaje, nada menos que en la palma de su mano.
Aparentemente, Harper puede garabatear en papá.
Me parece de lo más cuqui, la verdad. Aunque en esa zona no sé yo cuánto le durará, me da la sensación de que en cuestión de unos pocos años se le va a difuminar un montón. En cualquier caso, me parece de lo más adorable que Beckham se grabe en la piel el dibujo de su peque. Y no sólo eso, los chicarrones también tienen su propio hueco.
Los chicos, expresando lo que sienten por papi.
Aunque el mayor, Brooklyn, ya tiene dieciséis añazos y el tío ya está dando pasos agigantados en el mundo del modelaje, lo cierto es que los tres hermanos varones siguen siendo unos críos, como quien dice, y la vida familiar parece que va divinamente en ese sentido. Este que veis aquí es el otro tatuaje que se acaba de hacer Beckham, y que recoge precisamente las palabras de sus chavales, con su misma letra.
No me digáis que no tiene pinta de padrazo...
Vía - People
Fotos - Instagram de David Bekcham
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