No tengo palabras. Iker, el hombre imperturbable, no es infalible. Días pasarán y mi asombro igual seguirá. Y menos mal, porque empezaba a pensar que el mejor portero del mundo no era un hombre, si no una deidad con cuerpo de mortal.
Pero no, Iker se siente asediado por los paparazzis. Y tanto le sacan de sus casillas al pobre, que claro, se hace un lío el pobre:
No soy famoso, soy deportista, famoso es otra cosa
Ya, ya… los deportistas de élite son “esos grandes desconocidos”... O peor aún: los deportistas famosos no existen, son los padres. Pero bueno, que ahí no queda la cosa, resulta que ha declarado, literalmente, lo que sigue:
Ahora parezco un delincuente. Tengo la sensación de que alguien me vigila y de que me van a dar caza. He pensado en hacer un documental para que la gente sepa lo que es eso. Todo el mundo sabe dónde vivo y acordémonos lo que le pasó a John Lennon… que un día un loco te saca una pistola. No sé a dónde llegará esto, es una vergüenza. Te pueden seguir, se pueden poner a tu lado, se saltan semáforos, hacen que tú te los saltes… ¡Chico, un día vas a aparecer en una cuneta! Si son “paparazzi”, que me hagan fotos cuando no me dé cuenta, lo tengo ya asumido, pero no así.
¿Por qué será que siempre se quejan en vez de asumir que es parte del precio que hay que pagar por ser famoso? Porque, quieras o no, Iker, impepinablemente... lo eres.
Imagen | Youtube
Vía | larazón.es
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