El amigo Lewis Hamilton en un hacha del volante. No cabe duda. Pero parece que cuando se apea de su monoplaza la adrenalina, o un poco de imbecilidad le arrastran a seguir pilotando a alta velocidad en plena calle. Y no sólo conducir a alta velocidad, sino literalmente haciendo el trompo y quemando neumáticos en una carretera pública en Australia, donde se está celebrando una nueva prueba del mundial.
Claro que Hamilton se vio arropado por un grupo de aficionados que lo reconocieron y le jalearon. Y ahí va Hamilton con su Merceces y puso su grano de arena para montar un espectáculo. Todo acabó cuando la policía le paró y fue multado apropiadamente por conducción temeraria. No es para menos. Si estás crecidito pues te esperas a los entrenamientos en el circuito y quema el McLaren, pero no des mal ejemplo en la calle, hombre. Eso no se hace y menos cuando tienes antecedentes en estos menesteres.
Al menos ha sabido pedir perdón:
Lo que hice es una idiotez y pido perdón por ello
Vía | RTVE
Ver 9 comentarios