Rocío Flores ha protagonizado un hito histórico en 'El Programa de Ana Rosa'. No, no es que haya conseguido hacer que su presencia en el espacio de las mañanas no se limite a hablar de su vida comentando algún otro aspecto del mundillo del salseo. La hija de Antonio David Flores ha tenido que mojarse sobre la supuesta infidelidad de su novio Manuel Bedmar y sobre las últimas declaraciones de su madrastra Marta Riesco de una forma muy especial nunca antes vista en el sofá de terciopelo de Joaquín Prat.
La fashion victim ha tenido que contestar a la actualidad de alto Riesco y a las preguntas de sus compis más tiesa que la cuenta corriente de un estudiante después de pagar el alquiler y el recibo de la luz. Dada la reciente lipoescultura a la que se ha sometido Rocío, la colaboradora ha estado de pie toda la mañana: "No me puedo sentar... aparte del cuerpo fajado, llevo una tabla que me impide sentarme, tengo que estar tumbada o de pie", ha asegurado antes de meterse en el meollo.
La influencer de los chiringuitos de la Costa del Sol se ha puesto filosófica ante la inminente llegada de Laura Gutiérrez, supuesta amante de Manuel Bedmar y receptora de sus audios guarrillos, al 'Deluxe' de esta noche: "Las heridas del alma duelen mucho, pero las físicas también me han dolido un poquito...", ha confesado dando a entender que no lo ha pasado muy bien desde que el pasado miércoles 'Lecturas' publicara la entrevista de la tercera en discordia.
Rompe su silencio rota de dolor
Ro se ha hecho lo que ya se conoce como 'un Marta Riesco' al acudir a su programa en calidad de invitada, cobrando y sin revelar ni un mísero detalle sobre qué ocurre en casa tras la infidelidad de Manuel, que no ha sabido tener la manita relajá: "Mi vida sigue exactamente igual con mi novio. Estoy bien, todo está en orden", ha comenzado diciendo.
"Me mantengo en mi línea. No he hablado de mi relación y no lo voy a hacer. Después de todo lo que llevo pasado, esto es mínimo. Que cada uno diga lo que quiera. Yo no voy a hablar de mi relación. Es la realidad. Mi vida sigue con normalidad, voy a seguir haciendo mi vida normal, tal cual está y que cada uno diga lo que quiera decir", ha continuado sin añadir nada nuevo a pesar de que sus compañeros insistieran en que hay pruebas que demuestran los cuernos de Manuel.