Rocío Carrasco dejó muchos cajones abiertos en el último episodio de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva' titulado 'Miedo' y patrocinado por 'OTC' (marca de antipiojos) tras relatar sus días de caza en las cabecitas locas y saltarinas de Ro y David Flores e incluso de Olga Moreno. Este miércoles 5 de mayo tocaba cerrarlos.
El 11 de julio de 2015 (16 días antes de la paliza que Ro Flores propinó a su madre conduciéndola hasta el hospital con un traumatismo en la cabeza), tuvo lugar la vista por una modificación de medidas presentada por Antonio David Flores para conseguir la custodia total de su hija, de dieciséis años por aquel entonces.
Según Rociíto, su hija estaba entusiasmada y se maqueó de tal forma que parecía que asistía al día más importante de su vida, que incluso "mientras se arreglaba, la veía sonreír" de tal manera que la Carrasco le dijo: "ha llegado tu gran día".
En esta vista, Rocío Flores declaró ante un juez que su madre le llamaba "gorda" y que había días en que le negaba la comida. El juez desestimó la causa por falta de pruebas como para quitar la custodia de forma urgente, tal y como requería AntonioDá. No obstante, su señoría (cuando serás mía) solicitó un informe psicosocial de todos los miembros de la familia.
Ese mismo día, y antes de que Rocío al cuadrado volvieran a casa junto al pequeño David, "el padre impío" le dio un teléfono móvil a su hija amenazando a la madre de sus hijos: "Empieza a decirme ‘Rociíto, como mi hija me llame y me diga que ha tenido algún problema contigo no te salvan ni los geos", aseguraba.
En este episodio 9, Rocío nos ha hecho comprender por fin el porqué Anthony Deivid Flowers entrega ese nada smart phone (en esa época eran todos ladrillacos) a su hija, el mismo teléfono con el que Ro pronuncia el famoso "papá, ya está hecho". Para ello, la prota de la docuserie ha tenido que volver al día de la paliza, el 27 de julio de 2012.
"Según ella me está pegando, tiene el móvil abierto. Ese teléfono que le dio su padre el día 11 de las medidas provisionales. Ella tiene ese teléfono escondido, ¿quién estaba al otro lado? No lo sé", ha confirmado tajante con uno de los ataques de ansiedad más prolongados de la docuserie.
Sin cesar de llorar, Rocío Carrasco lamentaba que, como la falta de pruebas (por ser falsas) separaban a su hija de la custodia total Antonio David, Rotrece fuera capaz de falsificarlas con ese teléfono para conseguir su cometido:
"Ella me gritaba 'no me pegues, no me pegues' chillándome. Yo le decía 'Rocío, yo no te estoy pegando, Rocío, tranquilízate, para, por favor mi vida para'. Pero ella no paraba de pegarme", continuaba al inicio de este episodio 9 titulado 'Todo se derrumbó dentro de mí'.