Tiembla, España, que la Carrasco va a hablar. El entramado a lo 'Falcon Crest' de la farándula que se aprecia en la docuserie 'En el nombre de Rocío', nos está dejando perlitas la mar de jugosas. Si bien es cierto que el contenido de esta nos ha puesto en evidencia (y con evidencias) la malísima relación de la ex churri de Antonio David Flores con los miembros de su family, Amador Mohedano se lleva la medalla de oro en lo que concierne a la tirria que le guarda su sobri.
Uno de los motivos de esta guerra de cuchillos es que Rociíto echa en falta algunos de los enseres que dejó su mami en la herencia en la que ella figura como heredera universal y, según su testimonio, todo apunta a que el king de los sombreros de paja metió la manita.
Tal y como dispuso "La más Grande" en su testamento, su retoña recibiría un legado que abarca desde ropa, muebles, joyas y un sinfín de objetos de mayor a menor valor, y que la última optó por guardar en contenedores XXL con el fin de tener un registro atestado por un notario.
La hija de Rocío Jurado, quien le pidió a su tito del alma que le echara una mano en la gestión, le rogó a uno de sus primos que supervisara todo lo que hacía Amador puesto que no se fiaba ni un pelo de este. Sin embargo, la diva de las docuseries admite que echa en falta ciertos objetos de la herencia: "Hay algo que no encuentro", raja Carrasco frente a la cámara, haciendo mención a que no piensa darse por vencida en su búsqueda.