Katy Perry y el señor que le puso el anillo, Orlando Bloom, han aplazado sus planes de boda, pero no sus ganas de ser padres de nuevo. La cantante ha posado así de radiante para 'People' donde ha revelado que, hace unos años, simplemente la idea de ser madre le ponía 'ataKaty' de los nervios. Hoy, espera el momento "con muchas ganas", aunque semejante bombo ya no le deje bailar el 'Swish' swish.
Perry, que no el ornitorrinco de 'Phineas y Ferb', se ha quitado el terror por ser madre con el método Hoffman, que le ha ayudado en una serie de retiros a canalizar los pensamientos negativos condicionados por su infancia. Qué apañado es Hoffman que lo mismo te hace un álbum de fotos que una terapia...
"Me ayudó a reconfigurar cómo pienso sobre mí y los hábitos y patrones de por qué hago algo (...) me ha dado mucha más libertad", ha dicho en exclusiva para la revista en la que Katy Preñi se ha abierto, aunque no tanto como en el momento del parto, claro. Además, le han planteado una portada alternativa centrada en su nuevo éxito: 'Smile', que le viene al pelo para definir cómo se siente durante el embarazo.
Ahora, Katy muestra las ganas por tener en brazos a su niña, cuyo sexo reveló en Instagram con la cabeza de Bloom llena de tarta, a lo Carmen Borrego, mientras todos/as aquellos/as que dormían con sus pósters a "tamaño real" en su adolescencia pirata fantaseaban con lamerle la cara como si fuera un Calipo.
Estoy deseando ver si Katy le da el pecho al bebé o si se cargará las mamas con pistolitas de leche como en 'California Gurls'; o si ella misma cocina el tomate frito o prefiere el Orlando para los macarrones de la niña que, según Happy FM, se llamará como ella quiera. Como tienen varias opciones de nombre, los padres se lo comentarán a la pequeña y ella (no se sabe si en presencia de su abogado o un notario) elegirá con alguna reacción que captarán los padres de forma muy objetiva.