Que se quite cualquier youtuber para dejar paso a María Teresa Campos con su programa 'Enredados'. A falta de espacio propio en televisión, la presentadora se lanzó a YouTube y ahí está, invitando a amigas y conocidas a su casoplón para charlar con ellos.
Su último invitado ha sido Kiko Matamoros, el colaborador de 'Sálvame' con más puntos acumulados en su carnet de cliente de las clínicas de estéticas de Madrid. Y comenzaba la entrevista asegurando que ahora mismo se encuentra en un muy buen momento de su vida, aunque "públicamente controvertido" por sus últimas declaraciones sobre su adicción a la cocaína. A pesar de ello, Matamoros es un muro y asegura que "no me afecta lo más mínimo a mi vida diaria".
Y en ese terreno, en el de la droga y las adicciones, ha querido indagar nuestra MariTere, que se preguntaba cómo un chiquillo de solo 15 años puede caer en ese mundo: "Depende de dónde estés, en el momento que estés, te pueden suceder y marcar cosas para toda la vida", contestaba Kiko.
"No hago apología de la droga, porque no pienso que sea nada bueno ni nada positivo", aclaraba. Y aún iba más allá, abriendo un oscuro cajón: "He vivido la tragedia de las drogas, y concretamente de la cocaína, muy de cerca. He perdido a amigos por culpa de la droga, que han fallecido en circunstancias muy trágicas".
Recordó cómo uno de sus amigos falleció "cayéndose de un balcón, de un quinto piso de un hotel, porque iba en un estado tremendo". Porque, como él mismo cuenta, las tragedias no solo acaban en la sobredosis, "que también", sino "la pérdida de conciencia".
"El hombre debe tratarse con hormonas."
Nuestra María Teresa, cómo no, también ha querido poner sobre la mesa la diferencia de edad entre Kiko y su novia, Marta López (41 años para ser exactos): "Yo no sé por qué siempre es el hombre el que tiene que ser mayor, cuando los que tenéis los problemas sois vosotros", explicaba la Campos, refiriéndose, cómo no, a lo de ahí abajo. A que no se levante la tienda de campaña. A no poder izar la bandera. No sé si nos entiendes.
Matamoros, con 64 años, tiene claro que no está igual que con 20 (eso lo has notado tú y lo hemos notado todos, Kiko). Pero, gracias a un descubrimiento que ha hecho este verano, él se siente más joven: "Soy descendiente de una esclava negra: mi tatarabuela", ha asegurado, aclarando que "una de las características de esa raza es su fortaleza". Poco más que añadir al respecto, Kiko.
Pero, aún así, sigue defendiendo que la edad no es un problema porque "la medicina está muy avanzada y hay remedio para todo". Así que aquí va un consejito de salud: "A determinadas edades, que yo lo hago y lo recomiendo, el hombre debe tratarse con hormonas. Tiene que utilizar la testosterona que ya no es capaz de generar. Evidentemente con control médico", señalaba.
Un remedio que sirve "para todo": "Para el vigor sexual, para mantener tu capacidad muscular... Para muchísimas cosas", explicaba. Así que ahí está el secreto... Una dosis de hormonas, otra de ácido hialurónico. Y a vivir que son dos días.
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