Lo de poner los cuernos no es algo que hayan inventado las parejas tróspidas de Mónica Naranjo en la primera edición de 'La Isla de las Tentaciones', sino que es un acto gañán prehistórico, estamos hablando de cuando Kiko Matamoros era un protozoo de la cirugía plástica, apenas intervenciones quirúrgicas, ya innumerables de las televisivas.
Sí amigos, son la misma persona.
Sí, son la misma persona. Igual, al verlo así, se entienden los cuernos de Makoke. Bueno, ahora con ese color morado tono podemita que acostumbra, tampoco es que esté de muy buen ver...
Por mucho que se proponga estar a la altura del buenorrismo de Telecinco, Kiko, tú ya estas para comer gachas y ver películas del oeste y no para ver como se agacha tu novia joven, por mucho que te empeñes en forrarle los libros del cole a Marta López Álamo mientras que esta posa en Instagram como si se hubiera echado desodorante de alcohol en los sobacos y el sofá estuviera mojado y estuviera evitando empaparse el culete...
Resulta que Makoke, la mujer que dice haber estado con Brad Pitt (o su doble guarrete de OnlyFans) y casada con el patriarca Matamoros en la misma frase, surrealismo en estado puro como un carnaval en Tenerife, la verdad, fue desleal a su marido cuando ya llevaban nueve años de relación. Kiko Matamoros durante el programa de 'Sálvame' de este viernes ha confesado que nunca la perdonó por semejante infidelidad.
Kiko en su boda haciendo méritos para ser el nuevo villano de Batman.
Y es que el hombre que está hecho de 60% agua y 40% productos estéticos de los buenos, lo de clínica cara, ha confesado que lo más injusto fue que Makoke utilizó a su hija para ocultar su relación con el amante bandido... ¡Que escondía las camisetas del aquel en el armario de Anita! Según Matamoros, la rubia explosiva cañón involucró a la cría favoreciendo la mentira hacia su padre.
Algo que ha negado rotundamente Tony Spina, que hace nueve años estaba en la más recóndita inexistencia. Un hecho, una involucramiento en una trama de cornamenta que parece no haber quebrado la fantástica relación de Makoke con su niña del alma, con la que hace muchísimos planes: ir al gym, dar una vuelta con el coche, ir de compras, vetar a las novias de su padre en peluquerías, etc.
