Dicen que la Pantoja tiene veneno en la piel (de la herencia envenenada de Cantora) y que está hecha de plástico fino, pero nada de contacto con lo divino (aunque ella creo que sí) ya que la tonadillera puede volver a sentarse en los tribunales tal y como ha confirmado esta misma mañana en 'El Programa de AR' la gran Paloma García Pelayo, esa periodista que mira a cámara con la misma precisión que un presentador de teletienda y con el dramatismo de una novela colombiana.
Isabel Pantoja ya debe tener el cartelito de reservado en la primera bancada del juzgado, como los padrinos en la boda, pero también un encargo de orfidales a su farmacia de confianza desde que ayer Mila Ximénez soltara la bomba: este miércoles sale una nueva entrevista que realizó ella misma a Kiko Rivera. "Tiene un punto de desgarro y soledad, a mí me dejó mal cuerpo. Podría venirse otro 'Cantora: la herencia envenenada' porque tiene muchos nuevos datos", ha garantizado la nueva mejor amiga del DJ.
Paloma García Pelayo ha hablado rigiéndose por la ley del Caso Malaya, cuando de él se trata, todos callan: "Tan solo un año después de que Isabel Pantoja se pusiera en libertad y saliera de la prisión de Alcalá de Guadaira, se enfrentaba a una imputación por un delito penal en el Juzgado de Primera Instancia número 3 de Marbella. El delito por el que se le imputa es estafa, presunto delito por el momento", ha comenzado diciendo la periodista con una de sus míticas miradas desafiantes al operario de cámara.
"Los hechos se remontan y tienen que ver con una deuda que ella contrae, concretamente su sociedad 'Panriver 56', por unas obras en el restaurante en la parte de la discoteca en Fuengirola y que Isabel Pantoja no paga, la empresa constructora malagueña 'Codabe' la demanda, gana la demanda, llegan hasta la Audiencia Provincial y la condenan a pagar 92.000 euros", ha continuado Paloma haciéndonos ver el porqué la Pantoja quiere tantos décimos de lotería: para tapar los agujeros de su pasado oscuro cegador (que también por eso siempre lucirá gafas de sol, digo yo).
Según ha seguido relatando con maestría García Pelayo (se la deben rifar en las facultades de Derecho), Isabel Pantoja no paga la cantidad que le reclaman en el momento, por lo que se embarga esa cantidad en la finca Cantora. La constructora malagueña "vende su deuda" con la Pantoja a una segunda empresa a la que dicha entidad debía dinero, por lo que es esta la que tendría que cobrar (con frac o no, eso es elección suya) la cantidad estimada a Isabel.
"Agustín Pantoja vende en el 2015 la casa de Marbella 'Mi Gitana', y cuando se vende esta casa, lógicamente hay que saldar todas las deudas. ¿Qué ocurre? Que cuando se saldan las deudas, se paga al primer deudor, no al segundo que es el que tiene el derecho de cobro sobre el embargo de Isabel Pantoja", ha continuado su intrigante relato la colaboradora de 'El Programa de Ana Rosa'.
Tal y como contaba Paloma, el segundo deudor (parece un profesor de Harry Potter) dice "¿y a mi qué?" Así que la otra empresa, que aun no ha visto ni un duro, presenta una querella, una denuncia penal, tanto a la constructora como a la tonadillera, que ha pagado a quien no era. ¿Por error? Tal vez, aquí está la escabechina, ya que la Pantoja podía haber pagado a la entidad con la que tenía una primera deuda por desconocimiento de su litigio con esa segunda empresa, pero también tras haber llegado a un acuerdo con la primera para pagar menos o vete tú a saber qué tipo de estafa, que es lo que según la periodista se estaría investigando.
"Cuando sale de prisión y ya saca su disco, la llaman a declarar y no la encuentran. 48 horas antes de que se cumpliera el plazo para entrar, probablemente por un delito penal, en busca y captura, finalmente el juez la encuentra y ella declara in extremis en un juzgado de Chiclana en diciembre de 2018. El procedimiento sigue abierto, ella sigue imputada y este verano, el día 16 de julio exactamente, pide al juzgado que sobresea el caso, que lo archive porque su defensa alega que ni ella estaba en la firma, ni tomó la decisión, ni estaba presente en los actos porque estaba en prisión, sino que los llevó a cabo su hermano Agustín al que le dio lo que se llaman los poderes generales por su incapacidad", ha declarado la periodista que tenía esta información tan jugosita, ya que el presunto estafador podría llegar a ser, incluso, Agustín Pantoja.
Agustín Pantoja e Isabel en el aeropuerto
Paloma Gª Pelayo ha acabado de plantear todos los hechos asegurando que no existía ningún recibo que certificara que la primera empresa (a la que pagó su deuda la Panto) le cediera a la segunda su deuda con Isabel para así saldar su litigio entre constructoras. "Isabel Pantoja sabe que íbamos a dar esta información, y su abogado explica que el cambio de deudor no se registró, no se llevó al registro", ha comentado García Pelayo, afirmando que este hecho es el que imputa a la coplera y por el que se podrían llegar a contemplar entre uno, cinco u ocho años de cárcel, dependiendo de la intencionalidad o no de esta presunta estafa.
Fotos | Telecinco y GTres