Si en los últimos días (y semanas) hay algún tema de conversación en Telecinco al que se vuelve una y otra vez, ése es el de las adicciones de Kiko Rivera y todo lo que conllevaron. Y en el programa 'Viva la vida', Irene Rosales ha querido volver a hablar abiertamente sobre ello. Y ha querido también recordar que el proceso de recuperación de Kiko no fue bonito. Para nada. Y sí que tuvo algunos momentos bastante oscuros...
Pero, antes de nada, cómo no, Irene aprovecha para lanzarle una pullita a Isabel Pantoja. Cuando Kiko estaba sumido en la adicción, su madre se lo llevó durante una semana al Rocío: "Para las adicciones no sólo basta con irte una semana al Rocío", explicaba a Emma García. "O ingresas a la persona o estás con ella", lanzaba el dardo.
Aquel momento, cómo no, fue duro para la Rosales. Y no solo le supuso un desgaste emocional, sino también físico: "Me cogió con mi hija con tres meses; con Ana, que tenía dos años y medio; más el hijo de Kiko. Yo tenía que estar 24 horas pendiente de Kiko", asegura.
Y el proceso de recuperación fue un camino complicado que vivió en casa: "Yo lo he visto de todos los colores". Porque aquellos momentos no tuvieron que ser muy bonitos: "He tenido que ver cómo a mi marido le daban temblores, ataques de ansiedad...", añadiendo que "no es nada fácil ver a tu marido así" y que vivir esa situación la llevó a "discutir muchísimo con él".
Sin duda, Irene afirma que la peor parte de todo el proceso fue la "etapa de ansiedad": "Porque esa persona está enfadada con él mismo, entonces también está enfadada con todo el mundo".
A pesar de la carrera de fondo por superarlo, la propia mujer ha explicado que "Kiko no está recuperado al cien por cien", y que a día de hoy "sigue viviendo una lucha".