La búsqueda del hombre ideal para Alba Carrillo ha sido más dura que la de Marco a su madre o que la del día que tengamos que encontrar a Wally en el Wanda Metropolitano. Y es que lo de la colaboradora de televisión en el amor ha sido una 'F' de 'Fail' (fallo) continuo, pero también de Fonsi Nieto y de Feliciano López, hasta que se topó con Santi Burgoa, ese periodista "generoso y muy sensible" que ha cambiado la suerte de la gran antihéroe de la última edición de 'GH VIP'.
Tal y como ha revelado Alba en exclusiva para 'Lecturas', su relación con el presentador de televisión va viento en popa toda vela, como la carrera musical de Leticia Sabater cada Navidad gracias a sus grotescos villancicos, aunque no ha sido un camino de rosas que se diga para ambos: "entender que soy un personaje muy popular fue un problema porque él es muy discreto. Cuando llevábamos seis meses entré en 'Gran Hermano' y se agobió un poco, pero siempre ha tenido claro que me quería", ha dicho la entrevistada mientras se le caía la baba.
Alba Carrillo nos ha sorprendido con sus planes de futuro con este maromo (o sin él) al que, por muy enchochaíta que esté, no atribuye su nueva estabilidad emocional: "casarme no me apetece nada. Creo que sí seré madre, pero no descarto serlo soltera [...] Me encantaría tener un hijo con él, pero si no quiere ser padre, yo no dejaría de cumplir un sueño por estar en una relación. Mi estabilidad viene de mí y eso ha hecho que haya encontrado personas muy buenas que me mejoran, como él", ha declarado intentando colarnos que es una conversación que no ha tenido con Santi todavía.
Según ha destacado ella misma, los mayores errores en sus relaciones de pareja ha sido por correr mucho, por ir con prisa a dar los pasos más significativos, como casarse o hacer un proyecto de futuro junto a ellos. Aunque el mayor de sus fracasos emocionales tiene nombre propio al que no piensa pelotear: "con Feliciano era infeliz, estaba amargada. Una relación es un equipo, pero éramos el señor y su sierva", ha garantizado.
Pero puede ser que el hecho de que a Alba no le pille la llamada maternal apagada o fuera de cobertura se explique con el maravilloso punto de su relación con Fonsi, padre de su hijo Lucas, en el que se encuentra: "se me saltan las lágrimas al ver que ahora hay paz y entendemos que somos una familia", ha dicho más tierna que un Winnie The Pooh relleno de algodón de azúcar.