Palito Dominguín ha pasado, casi de un día para otro, de ser una desconocida del clan Bosé a estar en todos los programas y revistas del corazón. Participar en 'Supervivientes', chica, es lo que tiene. Y en el reality se ha mostrado siempre dicharachera y simpática, pero a lo largo de su vida ha recibido también palos bastante duros.
El más fuerte, sin duda, fue la muerte de su hermana, Bimba Bosé. Bimba fallecía a principios de 2017, con sólo 43 años, por culpa de un cáncer de mama que se le detectó en 2014 y que acabó mutando en una metástasis en huesos, hígado y cerebro.
"Cuando yo nací Bimba tenía 21 años, y cuando ella falleció yo cumplí 21 también. Se cerró el ciclo", se ha sincerado Palito en una entrevista para la revista 'Lecturas'. Un círculo macabro (a veces el destino es así, qué jodido) que la dejó destrozada.
A pesar de ello, Palito se muestra fuerte: "Di un cambio drástico al fallecer mi hermana. Dije: 'Me niego a estar triste, a perder mi vida estando mal, enfadada'. Fue un hostión de la vida, o te vas para arriba o te hundes", afirma.
"Tengo mucha fuerza mental", añade. Pero la fuerza no quita que alguna vez la vida nos ponga la zancadilla y acabemos cayendo en el agujero: "Me he sentido muy mal, de tocar mucho ya el fondo del fondo, de decir 'o me impulso o me quedo aquí'".
"Cuando mi hermana se puso enferma, me culpaba por no estar ahí, te fustigas mucho tiempo hasta que dices: 'Ya está'", explica. "De esto me he sanado, ha sido muy duro, pero hace no mucho me lo perdoné y perdoné al universo que se la haya llevado. He sentido mucha rabia, ahora siento amor y tristeza".