La saga literaria Millenium ha dejado de ser ficción. Rocío Carrasco ha dejado de estar en silencio, ausente o fuera de cobertura para arrasar con su verdad esta noche de domingo de conticinio que se ha quedado. Hoy, de hecho, el toque de queda ha sido autoimpuesto por cada uno de los españoles que llevábamos desde las 21.00 con un televisor de repuesto (por si acaso) y palomitas en cantidades industriales para no pasar a morder las uñas.
Rocío Carrasco ha explicado en los primeros cinco segundos (después de una cabecera sublime, digna de Daenerys de la Tormenta del Cancaneo, rompedora de mentiras, la que no arde) que el motivo por el que ha accedido a grabar su serie documental no es que tenga nombre y apellidos (que también), sino una fecha muy clara: 5 de agosto de 2019. El día que Rociíto quiso quitarse la vida:
"El título del documental es 'Rocío, contar la verdad para seguir viva'. Ese título viene por un hecho, por un suceso en 2019. Es un suceso de mi vida que no hubiese pasado si no fuera por los medios de comunicación. No lo han hecho público, pero sé que si no lo cuento yo, habrá otra persona que lo haga y es algo que me corresponde a mí", comenzaba explicando su paso al frente junto a un proyector y el estudio del día de orla en un instituto para ricos como fondo.
Por mucho que nos hayamos preparado para recibir con los brazos abiertos (por fin) el testimonio más perseguido de los últimos años, nadie esperaba que el motivo de este "tocar fondo", de ese "todo esto empieza el día que Rocío Carrasco no murió" que hemos escuchado en la primera media hora de paja por Jorge Javier Vázquez previo al documental, se dio a raíz de la defensa de Rocío Flores a su padre como concursante de la última edición de 'Gran Hermano VIP', su primera gran aparición televisiva:
"Antes del 5 de agosto ponen en mi conocimiento que mi hija va a ir a defender a su padre a 'GH VIP' porque él entra en el programa. Yo en ese momento no estaba bien, yo llevo en tratamiento psiquiátrico y psicológico desde 2011 con un tratamiento y diagnóstico fuerte: síndrome ansioso depresivo, esto no lo digo yo sino varios profesionales, entre ellos el gabinete adscrito al Tribunal de Maltrato a la Mujer, que emite este diagnóstico", ha revelado por primera vez la mujer de rosa fucsia, la Carrasco.
Rocío no pudo con la idea de que su hija, esa que ha parido, esa que con quince años decidió desmarcarse de su vida "por las mentiras de un ser diabólico como su padre", una víctima de la "falta de piedad" de Antonio David Flores:
"Quiero explicar cómo estaba yo en ese momento. Yo vengo de estar hundida durante mucho tiempo, de tener que hacer un ejercicio descomunal cada vez que salía a la calle, de no querer salir de mi casa, de no poder desarrollar mi vida normal como una persona normal, de no querer tener nada que ver con nada ni con nadie y de repente me llega esa noticia", ha añadido Rocío Carrasco hiperventilando como nunca antes lo había hecho nadie en televisión (a excepción de los viceversos cuando ven que su tupé no está a la perfección) al referirse al detonante que la llevó a un intento frustrado de quitarse la vida.
Para Rocío Carrasco "perder a sus hijos en vida" ha sido todo un martirio desde que tuvo que dejarlos ir, desde el momento en que su exmarido se refería a ella con términos tan fuertes como "puta, voy a hacer que te odien, te vas a cagar" en las diferentes audiencias judiciales que los ha enfrentado. Sin embargo, cuando su mecanismo de defensa se había impuesto a todo eso, Rociíto no quería sobrevivir a la idea de volver a sentirse en el ojo del huracán:
"Por mi cabeza empiezan a pasar todos los 20 años anteriores y todo lo que se me venía encima otra vez, pero ya con un elemento mayor que era mi hija en un plató defendiendo a su padre. Yo no veía a mi hija desde el 27 de julio de 2012, yo no estaba preparada, pero mucho menos para lo que iba a defender. No quería volver a sentir miedo ni vergüenza ni quería volver a sentirme cuestionada por todo el mundo ni viviendo en esas circunstancias", continuaba Rocío Carrasco con este desgarrador relato.
El sufrimiento de Rocío Carrasco lleva 25 años impreso en su cara, en su vida, machacada y vapuleada por el testimonio de "padrazo" de Antonio David Flores, motivo por el cual la protagonista de su propia docu-serie y futura ganadora de Eurovisión representando a Suiza quiso quitarse la vida:
"Ese día, 5 de agosto de 2019, decidí que no quería seguir viviendo. Ese día determino que no puedo, que yo no quiero volver, que yo ya había hecho todo lo posible porque todo eso cesase, que yo ya había hecho todo lo que estaba en mi mano: poner en mano de la justicia una serie de actitudes que yo consideraba maltrato. La única manera de que eso acabara era quitándome de en medio. Me tomé varias pastillas diferentes, me quedé dormida", admitía Rocío casi sin poder respirar del dolor que estaba reviviendo al relatarlo.
Apoyada por los informes piscológicos y médicos, Rocío Carrasco ha admitido que fue Fidel quien le salvó la vida llevándola al hospital de inmediato cuando la encontró en la habitación con el cuerpo completamente dormido:
"En urgencias me preguntan, yo digo que me da igual no haberlo conseguido, pero que lo iba a conseguir, que siempre me quedaría el puente de Segovia para tirarme. De ahí me mandaron a otro hospital especializado, ahí me di cuenta de la barbaridad", decía visibilizando hasta dónde puede llegar el maltrato psicológico de un hombre hacia su esposa.
"Me doy cuenta de lo que he hecho y me parece que era una soberana putada para los míos, pero en ese momento no piensas en nada ni piensas en nadie, lo único en lo que piensas es que no quieres volver a pasar por lo mismo y que no quieres volver a ver el odio en tu hija y que no quieres volver a sentirte mala madre y que no quieres volver a sentir que has perdido las dos cosas más importantes en tu vida y que no lo quieres volver a ver en televisión mientras que cenas en casa. Es una acción cobarde, es una acción egoísta y es una acción de la que me avergüenzo, pero es la puta realidad", sentenciaba Rocío muy crítica con su actitud suicida de ese agosto de 2019.
Rocío Carrasco abandonó su tratamiento como interna antes de que le dieran el alta médica tras ver a un periodista merodeando por el parking del centro psiquiátrico. Es entonces cuando a la expresentadora de 'Hable con ellas' le llega la información de que la familia de Antonio David contaba con su informe psicológico, algo que Rocío Flores le hizo ver a su padre en una de sus visitas a Guadalix de la Sierra:
"Sé que esa información llega a la otra parte, pero él ya estaba en la casa. Mi hija entró para apoyarle y le dijo: 'No te preocupes, está todo mejor que lo dejaste'. Eso para alguien que no sepa la historia puede resultar algo normal, para mí no. Sé que, en la posteridad de ese programa de televisión, (Antonio David) se ofrece a dos revistas con esta información con la actitud de 'mira lo que se ha inventado ahora'. Después de este suceso vergonzante para mí, empecé a madurar la idea de que había tocado fondo y que no le iba a dar el gusto de quitarme de en medio", ha arrancado de su corazón Rocío Carrasco a través de las declaraciones más desgarradoras que se han oído nunca en televisión.
Rociíto se ha mostrado generosa con su hija, omitiendo (de momento) los episodios de agresión física de Rocío Flores hacia su madre y pidiendo únicamente que por fin se derriben las mentiras de Antonio David Flores:
"Yo lo único que espero es que se sepa la verdad constatada, documentada, probada. Aquí no hay tu verdad, mi verdad. Aquí hay una verdad. Yo no espero que le ocurra nada, simplemente espero que me deje tranquila. De mis hijos, casi prefiero que sigan creyendo la versión que tienen porque el día que mi hija se dé cuenta de todo lo que ha pasado y de lo que ella ha formado parte y de quién es su padre realmente va a ser el peor día de su vida y no me gustaría que sufriera", ha dicho poniéndose de nuevo por delante del sufrimiento de su hija.
Rocío Carrasco ha zanjado este episodio 0 de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva' lamentando que Antonio David haya ensuciado la inocencia de su hija, a la que le ha encasquetado responsabilidades que no le correspondían a una cría, con las frialdad "impía" con la que ha maltratado a su madre haciéndola perder los momentos más felices de sus dos hijos:
"Quiero que se sepa la verdad, quiero que sea la justicia, quiero que se me deje de juzgar, de hacer daño, quiero vivir con lo que me queda porque lo otro ya no lo tengo ni lo voy a tener. A mí se me ha coartado como madre, mujer, persona, todo en mi vida. Se me ha arrancado la posibilidad de hacer mi vida, de pasar los fines de curso con mis hijos, los Reyes, las Navidades...", concluía la mujer que ha sido calificada de "mala madre" sistemáticamente por los medios de comunicación, que solo contaban hasta la fecha con una versión de esta historia: la de Anthony Deivid Flowers.
"A mí nadie me devuelve fines de curso de mis hijos. A mí nadie me devuelve besos, abrazos, todo lo que yo he perdido durante tantísimo tiempo. A mí nadie me devuelve el poder ejercer de madre" #RocíoVerdad1 pic.twitter.com/f7F0BD43TG
— En el nombre de Rocío (@rocioenelnombre) March 21, 2021