La gran Toñi Moreno, además de ser la presidenta honorífica por méritos propios de ese club en peligro de extinción llamado 'Gente Maravillosa', ha vuelto a demostrar que es una amiga de la hostia (de las que guardaban tabaco a las amigas con padres más exigentes cuando era adolescente) apoyando a Tania Martínez durante la presentación de su nuevo libro '50 a mis espaldas y a mí me importa un bledo' este miércoles en el Museo Chicote de Madrid.
50 a mis espaldas y a mí me importa un bledo
La presentadora de 'Secret Story' ha querido desmarcarse de ese conjunto de "talimadres" (como las llama Tania Llasera) que conforman la estafa piramidal más vieja de la historia: la idealización de la maternidad. Ya no están de moda las famosas que se recuperan del parto antes de ni siquiera haber dado a luz, que están más planas después de tener al bebé que antes y que paren maquilladas hasta el dedo gordo del pie con cara de haberse despertado a las doce de la mañana como cualquier viceverso en un día normal.
Para Toñi, ser madre cerca de los cincuenta no ha sido nada fácil -como para cualquiera que se ponga al lío-: "Para mí ha sido más duro de lo que yo pensaba el tema de la maternidad. El primer año me ha costado mucho. Encajar todas las piezas... No te reconoces ni en tu cuerpo. Soy madre soltera, familia monoparental", comenzaba explicándonos "a pecho descubierto" al más puro estilo Delacroix cómo están siendo su desembalaje como mamá de Lola en estos dos primeros años de vida de su niña.
Aunque la Moreno reconoce sentirse "en el mejor momento" de su vida, el trayecto hasta encajar su condición de madre en su felicidad plena no ha sido moco de pavo, como tampoco tuvo que ser lidiar con los tronistas y pretendientes de 'MyHyV' cuando Telecinco le hizo ese 'Tú a Viva la vida y yo a la escalera' con Emma García:
"Ha sido más duro de lo que yo pensaba. Tiene dos años, tiene la boca de trapo, ya me dice lo que le duele, que es maravilloso. Todos los días duermo con ella. Dormimos las dos en la misma habitación con una cama pegada. Ella manda; cuando quiere se va sola o me aguanta. Para mí, estoy ahora enamorándome de mi niña. Muchas madres me van a entender. Espero no ser malinterpretada, pero yo me he ido enamorando poco a poco. No fue un flechazo a primera vista. Fue duro", ha continuado la de Sanlúcar enchochada con su hija Lola.
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