Terraplanistas, iluminatis y cantones (si es que aún quedáis algunos en los sótanos más recónditos y oscuros de nuestro planeta), seguís estando de enhorabuena gracias a los famosos que la pifian con sus teorías conspiranóicas, discursos negacionistas y alegatos antivacunas. Esto favorece vuestra clandestinidad, obviamente. ¡Y lo bien que se lo tienen que pasar en su grupo de WhatsApp enviando stickers de Fernando Simón!
'Sálvame' sacó a la luz ayer unos audios que delatan a Edmundo como el más negacionista del mundo, que han supuesto la audio-historia que conmocionó a Victoria Abril y Miguel Bosé (porque a Spielberg se la repampinfla este señor) ...
¡Que dice el Piticlín que no se pone la vacuna! Seguro que piensa alguna cosa loca como que todo es un invento de las Campos para extirpar la juventud a los españoles e inyectársela a María Teresa para hacerla inmortal, la reina de la televisión perpetua o alguna paranoia así...
Bigote ha mostrado su oposición a la vacuna, cual astraCínico, del mismo modo que lo hace todo en la vida: por WhatsApp. Lo mismo te deja después de cinco años de relación con el emoji de la caca que te monta un chicken (pollo) por nota de audio sobre el sistema de vacunación.
¡Cuánto uso le da Arrocet al 5G para pensar que lo de la vacuna no tiene ni pies ni cabeza porque se lo ha inventado Bill Gates! ¿No?
Edmundo ha contado una batallita más aburrida que un documental de la 2 sobre la reproducción asexual del Reino Monera para justificar su postura:
"Yo tenía 50 años, estoy hablando de 21 años atrás, y no me había vacunado nunca. Empieza a huevear desde los 40 que había que vacunarse ya. Me meto en la farmacia de un amigo y digo: 'Dame la mejor vacuna'. 'Tengo una alemana...' 'Vale, alemana'. ¡Qué chucha madre contó esa huea. Me puse esa vacuna a las 5 de la tarde. A la 1 de la mañana tenía 41 grados de fiebre. Tres días estuve así. Me quería tirar por el balcón porque era una 'huea' terrible. Decía... '¿pero Chucha, por qué estoy sufriendo tanto? Yo prefiero morirme'", narraba Bigote utilizando sus dotes interpretativas en este soliloquio sólo comprensible para aquellos que tengan el B1 en argentino.
El recién alistado a la milicia de locos herejes de la salud pública ha continuado con su discursito negacionista admitiendo tener 'hate' (injustificado) por las vacunas:
"Fíjate tú. Entonces ahora me hablan de una vacuna y no me la pongo ni cagando. Esos tres días que yo pasé imagino que es lo que me va a tocar si me toca una hueva de estas. En mi vida lo he pasado tan mal. Las tengo odio. No quiero saber nada con vacunas de ningún tipo. ¡Ni una!", continuaba siguiendo en esta especie de 'Diga usted más tonterías si cabe: Un, dos, tres, responda otra vez' improvisada que se ha montado.
Y es que, según Bigote, la vacuna es más mala que 'La Campos Móvil'... ¡Que ya es decir! "Me hablan de una vacuna, yo no quiero saber nada de vacunas. No me la pongo ni cagando, prefiero morirme", repetía el Piticlín dejando a un lado las recomendaciones sanitarias, aunque él fuera pionero en cumplir con eso de la distancia social con María Teresa durmiendo en camas separadas y pasando casi todo el tiempo a kilómetros de distancia de su novia.
Fotos | GTRES