Catorce días después de haber contraído el virus, Paz Padilla reaparecía para sincerarse sobre cómo lo había pasado. Aunque los primeros días habían ido más o menos bien, a partir del octavo la cosa empezó a complicarse y tuvo que ser ingresada en el hospital, donde permaneció durante tres días.
Ayer su hija, Anna Ferrer Padilla, asistió al estreno en Madrid de 'Libertad', una nueva miniserie para Movistar. Y allí, claro está, aprovecharon para preguntarle sobre cómo vivió aquellos días.
Qué maja que es esta muchacha, que toda sonriente comenzaba diciendo que "qué alegría un poquito de salir de casa". Porque aunque ella no estuvo contagiada, sí que tuvo que guardar la cuarentena de rigor.
"Me agobiaba un poco que estuviera ahí encerrada", confiesa al recordar cómo su madre estuvo aislada en la misma casa. Pero solo quedaba "aguantar el tirón y por lo menos ya estamos bien".
El positivismo, cómo no, le viene de familia. Y es que tiene claro cuál ha sido una de las grandes enseñanzas que le ha dado su madre: "Siempre me ha enseñado mi madre a ser positiva y a celebrar todo, como que todo es una fiesta y todo es motivo de celebración y de pasarlo bien", confiesa.
Asegura que a Paz Padilla no le ha quedado ninguna secuela, y aunque "está un poco más cansada", ahora mismo "está bien".
"Hoy ya se ha puesto a recoger toda la terraza, pintar los muebles, no sé qué... Y digo: 'ya te veo recuperada'", cuenta. "Demasiados días tranquilita, ya tocaba un poco de movimiento", acababa bromeando.
Pues menuda sorpresa. Que si nosotros ni locos nos pondríamos a ordenar ni a pintar, imagínate después de pasar el Covid. Nanai. Si es que fíjate, nos da pereza solo de pensarlo...
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