Anabel Pantoja ha reaparecido en 'Sálvame' tras una eternidad exiliada como okupa en Canarias por los cinco tornillos y la placa en el tobillo que la impidieron durante casi todo el 2020. A la reina de la Pantosensualidad se la había tragado el sofá cual hipopótamo tragabolas (juego mítico de Reyes) y ya se había abonado al teletrabajo, sin embargo, el 2021 viene cargadito de nuevos propósitos: como para los Trumpistas, que han cumplido su propósito del asalto al capitolio vestidos de mamarrachos; para esa tal Filomena, hacer que nos quedemos en casa; y para la sobrinísima, romper su silencio y hablar sobre el preocupante estado de su tía Isabel.
La actitud negacionista (al despotriqueo) de Anabel Pantoja desde el primer 'Cantora: la herencia envenenada' ha sido muy criticada por sus compañeros vía online, de hecho, seguro que a la influencer del bodypositive le han entrado ganas más de una vez de hacer ruiditos con la boca emulando tener mala conexión wi-fi mientras se come un bocadillo con mucha mayonesa (que le encanta). Por eso, antes de sentarse en la recicladísima mesa donde Kiko Rivera destapó el motivo del enfado con su madre, Anabel ha querido dejar claro cuál es su prioridad: “No voy a perder a mi familia por hablar”.
La colaboradora solo ha dejado pinceladas sobre la vida de su tía en la cueva, que recibe el nombre de Cantora, donde la cro-pantomañona se tira horas y horas viendo sus pinturas rupestres en movimiento (la televisión). Anabel ha relatado que, en su última llamada telefónica con Isabel Pantoja, no reconoció a su tita del alma tal y como la conocía: “Tenía la voz apagada y cansada. Intenté hacerle reír”.
Es más, para la Tiktoker internacional (muy seguida en Corea, nuestra Anabel), los días posteriores a su conversación tía-sobrina fueron los más duros, ya que no paraba de sentir, según ha contado, la tristeza de Isabel: “Mi tía come y respira pero por dentro no está viviendo. No tiene ganas de remontar”, ha manifestado con dramatismo en su programa.
En palabras de folclórica, sería algo así como "Isabel Pantoja ha dejado de vivir, para tan solo existir", mientras que se quita bruscamente el micrófono de la boca, pronuncia un rotundo 'ole' y se da la vuelta con su bata de cola provocando un estruendo de aplausos. Me estoy sacando el B1 en 'Drama Queen Typical Spanish Folklore'. Se nota, ¿verdad?
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