Cuando Hacienda suena, multa lleva. ¿Y sabes cuando Marco viaja en busca de su madre con el mono colgado del brazo? Pues así Isabel Pantoja, pero en vez del mono, la Agencia Tributaria.
Hacienda ha abierto una investigación para ver qué se cuece en los dineros de la Pantoja, revisando sus 10 últimos ejercicios fiscales, los ingresos y gastos que han sido declarados, tanto por parte de Isabel como por sus empresas.
Las deudas la están dejando con menos aire que correr 100 metros liso con una FFP2 puesta. Más de 1 millón de euros es lo que debe al Fisco. Es por esto que se habría puesto en marcha para vender cuanto antes sus propiedades. Que le falta ponerse a llamar puerta por puerta repartiendo la revista 'Pantocasa'.
Para hacer frente a las multas del Caso Malaya ya tuvo que vender en su momento sus casas 'Mi Gitana' o la de La Moraleja. Ahora ha puesto a la venta 'El Rocío' y 'Cantora', a los que se le suman el ático que ya tenía en venta en Fuengirola. Vamos, que ahora mismo nos dices que Isabel va a acabar durmiendo en una tienda de campaña Quechua, y nos lo creemos.
Pero centrémonos en el ático de Fuengirola. Hace unos meses nos metíamos en el papel de 'Quién vive ahí' para enseñaros por dentro cada rincón de la casa que la Pantoja había puesto en venta 995.000 euros. ¿Y qué ha pasado ahora? Tal y como informa la revista 'Semana', la mujer ha tenido que rebajar el precio 300.000 euros, quedándose finalmente en 700.000 euros.
¿El motivo? Que se estaba comiendo el ático con patatas y necesita deshacerse cuanto antes de sus propiedades para tener liquidez y poder hacer frente a sus obligaciones.
La misma revista ha consultado con expertos inmobiliarios, que han asegurado que Isabel se subió a la parra poniéndola a la venta por 1 millón. Ahora, por 700.000, aseguran que el precio está más acorde con las propiedades de la zona.
Un pisito que se encuentra a solo 80 metros de la playa y que la Pantoja reformó a su gusto. Unió dos casas para crear el ático de 200 metros con terraza, 4 dormitorios y 4 baños. Nosotros estamos buscando en los bolsillos, a ver si juntamos monedillas para poder comprárnosla... Pero solo tenemos un chicle envuelto en un kleenex.
Imágenes | GTRES y Agencia