Julio Iglesias inventó el negacionismo por mucho que se empeñe Miguel Bosé en atribuirse los méritos con vídeos donde a su voz se le está gastando la batería. Pero el negacionismo de hijos, claro.
Ese es el estilo de Julio y la condena de Javier Santos, que da más viajes al juzgado que la mujer de 'Kalia Oxi Action' al futuro . Lo de las mascarillas le encanta, es un hombre de retos y ese obstáculo de tela para besar seguro que le supone un pique personal.
Ahora, Miguel (Michael en Instagram pa' hacerse el 'shulo') ha cumplido 23 años, otro de la quinta de Marta López Álamo. Debe ser la generación dorada del cancaneo, como el 27 y 98 en la literatura. El hijo de Miranda y el siempre fucker Julio ha sido el más 'popu' (popular, como el partido al que vota su padre) en Instagram ya que ha recibido ciento y la madre de fotos como felicitación.
Sus referentes: su hermano Enrique por este look de tan reggaetonero y genio del perreo compuesto por la gorrita para atrás, muy útil cuando tienes un moreno albañil con la nuca renegrida para que no te dé más el sol en esa zona, y gafitas de Pitbull; Mario Casas, porque seguro que con tremendo pepino de moto (una Vespa no es) le dice a las pivitas, "anda sube que te llevo a tres metros sobre el cielo"; y Dani Rovira, por su pasión por los perretes.
Aunque el árbol genealógico de esta estirpe es más complicado que entender una temporada de 'Juego de Tronos' o que un reencuentro entre Aitana y Cepeda, ellos lo tienen bastante claro y son toda una familia unida, como los Matamoros (#ModoIroníaON). Son las mulatas, perdón, las muletas, en las que apoyarse unos a otros.
El corazón de Michael Iglesias, que puesto a traducir el nombre de 'shulito' sería Michael Churches, está más libre que un viceverso en temporada baja de bolos en discotecas desde que puso fin a su 'relationship' con Danielle Obolevitch. No os preocupéis que tiene amor de sobra gracias a sus hermanos, su mascota, los colegas y el que profesa por los deportes de motor.