Nosotros somos de coger el transporte público. Un buen metro, un buen autobús, quizás un taxi una vez al mes (y creyéndonos Paris Hilton en limusina). Porque nosotros somos gente que miramos por el planeta, claro que sí. Bueno, por eso y porque somos pobres. Que el mayor medio de transporte conducido por nosotros mismos que nos podemos permitir es el Bicimad.
Pero hay gente que sí maneja buenos fardos (de billetes, no de coca, no te confundas) y sí se puede permitir algún que otro caprichito. Ése es el caso de Mario Casas, el actor español con más minutos de pectorales en pantalla.
Y es que el muchacho por ahí va disfrutando de su nuevo juguetito. Y quien dice juguetito, dice un coche que está a solo un alerón de ser el Batmóvil. Suponemos que ahora que le han nominado por primera vez a un Goya se nos habrá venido arriba.
El cochazo en cuestión es un Maserati Ghibli GrandSport. Un coche que, en cuanto a precio, queda lejos incluso de un Seat Picasso chapado en oro. El cochecito de Mario, atención, tiene un precio en el mercado que parte de los 96.000 euros (y que puede alcanzar hasta los 120.000 eurazos según el modelo y extras que incluya).
Y así va el muchacho por Madrid, fardando de coche cuando va a comprar el tomate frito para echarle a los macarrones. Si es que qué mal repartido está el mundo... Eso sí, hemos estado haciendo cuentas y mantener un coche es muy caro. Así que con lo que nos ahorramos ahora mismo en gasolina, en talleres y en ITV, quizás para el siglo que viene podemos permitirnos un Fiat 500. Que nosotros somos más de la Barbie.
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