Mónica Naranjo ha vendido su casa y no lloró, Aitana, no lloró. A pesar del apego emocional que procesaba a la mansión a la que llamaba "mi lugar en el mundo", la cantante de 'Sobreviviré' ha hecho justicia a su canción buscándose algo más petiminí para ella sola ya que los 3.000 metros cuadrados de su casoplón de Sant Andreu de Llavaneres, situada en la comarca de Maresme, se le habían quedado algo grandes.
La nueva investigadora de 'Mask Singer' se ha embolsado la friolera de 2.850.000 euros por la casa que compartió con su ex el criminólogo Óscar Tarruella, del que lleva cuatro años divorciada. Un impresionante casoplón de 3.000 metros cuadrados y 900 construidos, distribuidos en tres plantas, que no ha sido nada fácil de endosar a algún friki ricachón de los que adoran la etapa capilar Cruella de Vil de Mónica.
La casa cuenta con un enorme jardín donde hasta la mismísima Heidi se cansaría de correr acotado por unas barandillas por las que asoman unas envidiables vistas al Mediterráneo de las que disfrutar mientras te das un baño en una piscinita con forma de riñón. Un chalé que poco tiene que envidiar al de los chicos en 'La Isla de las Tentaciones' que tanto visitaba en su primera edición.
Además, hay seis dormitorios con sus respectivas terrazas, ocho baños (con bañera de hidromasaje -mucho más relajante que un agüilla rápida en el bidé-) y un dúplex con buhardilla aprovechable como despacho, zona de relax o búnker donde guardar todo el papel higiénico para un posible nuevo confinamiento.
Mónica también ha mostrado en sus redes sociales lo aprovechado que tenía el sótano, donde instaló una bodega de piedra natural, una sala polivalente, una cocina, una zona de masaje, un baño independiente con ducha, una suite con baño completo y una habitación chill out. Vamos, elementos fundamentales en cualquier hogar que se preste...