Si pensabas que el 2020 no podía ir a peor, espérate, que todavía vuelve la moda de la época Tuenti. Porque, al parecer, estamos en plena época de remember: que si vuelve 'Física o Química', que si vuelven 'Los hombres de Paco', que si Bertín Osborne vuelve a Canal Sur... Pero tampoco nos volvamos locos. Todo tiene un límite.
Que la Rosalía es musa poligonera es algo indiscutible. Que con esas uñas tiene que acumular más roña que la que se te queda en las muelas después de comerte una Oreo, pues también.
El mundo (y con mundo nos referimos a Twitter) ha entrado en combustión después de la última imagen que Rosalía (tra-trá) ha subido a su Instagram. ¿Qué tiene de especial? ¿Sale tocando ahora un violín del revés, a lo Kiko Rivera? ¡Pues no! Ve y juzga tú mismo. Dentro material gráfico:
Le falta en la mano vaso de litro de kalimocho hecho con Don Simón y ya estamos listos para irnos de parkineo.
Pero, ¡tranquilidad! Escúhanos antes de levantarte como loco a por un cuchillo para rajarte el cejuelo, que nos conocemos. Que la muchacha no se ha rapado la desembocadura del río Ebro a cuchilla. Respira. Que lo que se trata es de un filtro de Instagram que le parte la cejina (como Camarón).
Ahora sí que nos quedamos más tranquilos. Porque sabemos que la Rosalía se pone algo y la moda se propaga más rápido que el Covid en un Chiquipark, y para esto no hay vacuna. Suficiente tenemos con los gorros de pescadores; no queremos más disgustos estéticos.
No sabemos qué va a ser lo siguiente, Rosi. Pero sólo te pedimos un favor: que no sea el pañuelo palestino. Escucha nuestras plegarias.