Quedan unas horitas para ver a 16 perfectos desconocidos (entre ellos y entre el gran público) saltar del helicóptero y liarla parda en una playa, pero no por su hueco en la playa para plantar la sombrilla. Ese reality se grabaría en Benidorm a las cinco de la mañana con personas ya vacunadas por edad. Yo ahí veo un formato tipo 'Pekín Express', ¡eh! Las cadenas de TV están perdiendo dinero por no tenerme en sus equipos creativos...
Me refiero a 'Supervivientes', ese botellón de isotónica largo en un descampado isleño de Honduras donde los intentos de famosos intentan adelgazar cobrando sin ser miembros de ningún experimento extraño de un laboratorio científico.
Mientras que Lara Álvarez ya pone a punto la Palapa y elige sus modelitos de pirata pibón para recoger las muelas, los pelos y los rastros de sangre que dejan los concursantes por un puñado de macarrones, hay una exganadora del reality más exigente de supervivencia (el único que ha aguantado en televisión) que ha visto en el cartón pluma que le acredita como vencedora un producto de 'Wallapop' fetiche para los más frikis telecinqueros al que podría sacarle unas perrillas.
"Como sabéis esto solo lo tenemos unas 10-12 personas en España. Para coleccionistas y fans míos o de la Lucy", escribía Miriam Sánchez en su cuenta de Twitter ampliando su nicho de mercado refiriéndose a todos esos que aún duermen con un rollo de papel higiénico (hay de sobra en todas las casas desde la cuarentena) jugando la carta de Lucía Lapiedra, su nombre artístico cuando era actriz de cine mudo (la mayoría de la gente tendrá que verlo así) para no molestar al resto de inquilinos.
Este cheque gigante sin valor monetario, pero "gran valor personal" para la extelevisiva, ya ha sido demandado por varios fans del programa, coleccionistas y gente con tanto dinero que no sabe bien en qué emplearlo. De hecho, todo apunta a que Miriam ya ha llegado a un acuerdo con algún comprador porque ha borrado el tweet donde publicitaba su producto a la venta.