Debería haber un manual, un código deontológico de tatuadores que, por el bien de la humanidad, negara hacer según qué tipo de garabatos en la piel de la gente. Una de las normas básicas debería ser que las parejas mejor piel con piel en la cama que con la aguja y ya, si te hace mucha ilusión, le encargas a los Cheetos una calcomonía personalizada. Si no, que se lo pregunten a Angelina Jolie, que se ha visto en la tesitura de tener que borrarse el tatuaje que tenía en homenaje a Brad Pitt. Borrón y tinta nueva.
La actriz de 46 años lleva un trote (como diría Adara) de la hostia estos últimos meses por el estreno de la nueva película de Marvel en la que aparece, 'Eternals'. Durante la premiere de este film de superhéroes sin capa (literalmente) en Roma, Angelina Jolie sorprendió a los más avispadillos con un nuevo cambio de look. Y no, esta vez no tenemos ni pestañas postizas como para apagar un incendio de dos pestañeos, ni cambio de tinte en el pelo a lo mujer de Ortega Cano ni un exceso de cervecitas post-rodaje.
La intérprete de Maléfica tenía tatuadas las coordenadas de los lugares exactos de nacimiento de sus seis hijos (le lleva dos de ventaja a Pilar Rubio, su homónima española): Maddox, Pax, Zahara, Shiloh, Vivienne y Knox. Además, en el último renglón (ahora vacío) figuraban las de Brad Pitt, su exchurri.
Las cifras relativas al primer vistazo del actor a la vida han desaparecido y no porque dichas coordenadas correspondieran a un seto de una pequeña ciudad de Suiza (como le ocurre a Kiko Matamoros, que le timaron al querer tatuarse las que corresponden a su 'Oh My Club'), sino porque se ve que Angelina quiere borrar cassette (y tatuajette) definitivamente, como diría Maluma, con el padre de sus hijos.
Los riesgos de borrarse un tatuaje
A Angelina Jolie se le ha quedado un manchurrón que ni el del expediente de José Luis Moreno. Como podéis comprobar en la imagen de la premiere en Roma, el tatuaje no se ha borrado al 100%. Vamos, que se le ha quedado el efecto del sello que te ponen en la discoteca al día siguiente de resaca.
Las posibilidades para eliminar los tatuajes de la piel son diversas (electrocoagulación, criocirugía, abrasión salina, escisión, etc.), aunque la más viable es la que se hace con el mismo material del que están hechas las espadas de Star Wars: el láser. Una técnica muy parecida a la de la depilación de los lugares más Chewbacca de nuestros cuerpos ya que se consigue la salida de los pigmentos de las células de nuestra piel a través de la acción de las ondas láser.
Para que el tratamiento sea efectivo se necesitan más sesiones de las que requiere Anabel Pantoja para tener un inglés medio decente o su primo Kiko de coach vocal para afinar alguna nota en directo: entre seis y diez. Todo apunta a que Angelina no habría completado todo el procedimiento ya que entre intervención e intervención deben pasar al menos tres meses. Además, la supresión definitiva de un tattoo requiere de anestesia tópica y el uso de crema oclusiva antibiótica. En definitiva, una puesta en escena que ni la Super Bowl.
A la Jolie le podría haber costado este golpe a Brad unos 400 euros, teniendo en cuenta su dineral y que no tiene pinta de ser una mujer que opte por el raterío en su vida, ya que los tratamientos más churripuercos rondan unos 50 euritos. Y todo esto si Angelina atiende a todas las prescripciones médicas para evitar una inflamación de la piel como la no exposición al sol, no retirar la costra por riesgo de infección, usar prendas que tapen las zonas tratadas (esto lo lleva regular nada más) y ducharse con agua fría, evitando el contacto de la zona afectada con elementos calientes.