A Lydia Lozano le hubiera encantado calzarse una de sus ochocientas pelucas de su baúl y bailar el chuminero hasta volver a tener que operarse de las cervicales para celebrar su 61 cumpleaños el pasado 12 de diciembre. Sin embargo, la colaboradora no se libró de ser víctima de su propia sensibilidad ni siquiera en un día tan señalado: la pobre lloró a moco tendido al recordar a su hermano Jorge Lozano, que perdió la vida en el pasado mes de marzo por coronavirus mientras que la periodista se recuperaba de su operación. Al final, acabó celebrando el cumpleaños junto a su madre y su marido Charly, en petit comité.
La volcánica colaboradora de 'Sálvame' (nacida en La Palma, por cierto) ha concedido en exclusiva una entrevista a la revista 'Lecturas', esa en la que escribía su gran amiga Mila Ximénez, donde ha revelado lo mucho que le hubiera gustado llenar un burro de su mercadillo solidario por las víctimas de la erupción de Cumbrevieja con ropa de su compañera fallecida que le iba a donar Ágatha Ruiz de la Prada. Lozano frenó esta iniciativa para que "no la acusaran de nada y para que no ensuciara" el mercadillo, según ha comentado.
Su anécdota con Isabel Preysler: ¿amiguis y desplante?
Portada de la revista 'Lecturas' donde Lydia Lozano narra su anécdota con la Preysler
Hace unos días, los compañeros de 'Sálvame' hicieron sangre de unas fotos donde, supuestamente, se veía como Isabel Preysler despreciaba a Lydia durante un encuentro fortuito en el 40 cumpleaños de Tamara Falcó. La Lozano ha desmentido por completo que hubiera mal rollo entre ellas: "La saludé y estuvimos hablando un rato. Lo que ocurre es que la cámara solo me grabó cuando ya nos despedíamos", ha explicado Lydia zanjando todo tipo de habladurías y falacias, como la muerte fake de Manzanares que ella misma propagó.
La diva del salseo salvamero ha repetido que la Preysler es "una señora maravillosa" y que no le hizo "ningún desplante". Es más, Lydia Lozano ha recordado entre risas lo nerviosa que se puso al estar ante la reina de corazones, la monarca de su campo, cuando la amiga que la acompañaba felicitó a Isabel creyendo que la fiesta de su hija era para ella (quizás por la pirámide de Ferreros Rocher): "Yo le respondí que no era su cumple, sino el de Tamara, y que la Preysler se conserva bien, pero no para cumplir cuarenta", ha narrado descojonándose viva (de forma acotada y entre paréntesis, que la entrevista ha sido en prensa escrita).