Fue a mediados de junio cuando la vida de nuestro queridísimo Santi Millán se puso patitas arriba. La filtración de un vídeo en el que el intérprete aparecía practicando una calenturienta escenita con una rubia que no era su mujer comenzó a capitanear los titulares de la prensa pink y a convertirse en punto del día en los platós de cotilleo.
Por su parte, el presentador dio la cara desde primerísima hora y, aunque conciso en su testimonio, le espetó a 'ABC' que "No pienso hacer ningún comentario. Yo no quiero decir cómo hay que enfocar las cosas, pero la noticia aquí es que se ha cometido un delito. Yo no entiendo de leyes ni demás, así que no voy a comentar".
Por otro lado, la señora esposa de Millán, Rosa Olucha, salió en defensa de su churri haciendo mención a que ambos mantenían una relación abierta de par en par, y animando al personal a que dejara de preocuparse por ella y se centrara en el delito que se había cometido en contra de su maridín:
"Yo estoy bien, deberíais preguntaros cómo está él. Él es el que ha sufrido un ataque a su intimidad que, por cierto, es delito. SU intimidad. SUYA y de nadie más (...). No tenéis que sentir pena ni apoyar a nadie. Yo no soy una víctima y aquí no hay bandos ni propiedades. Ni él es mío ni yo soy suya", expresó desde su cuenta instagrammera.
Santi Millán y Rosa Olucha - Instagram
Ahora, el propio Santi ha dado la cara a través de un post en su red social del postureo. En este, aparece junto a Olucha en el Festival Cruïlla y bajo el lema "Llámalo X" donde los deditos de los tortolitos se unen para simular dicha letra. Este gesto reivindica el eslogan del sarao celebrado Parc del Fòrum de Barcelona, pero son muchos los que aseguran que se trata de un indirectazo al contenido erótico-festivo de su famoso vídeo.