Carla Barber, los hermanos Gasol y Georgina Rodríguez podrían compartir zapatos si quisieran porque calzan unos pinrreles de tal tamaño que podrían hacer esquí acuático con un crucero en cada pie. Madre mía, qué monstruosidad. He visto botes de insecticida (y de embarcaciones) de menor tamaño.
Ella misma ha subido esta foto a su Instagram en la que demuestra que la uña del dedo gordo serviría como toldo en unas fiestas patronales de pueblo y que ni un bikini amarillo chillón de leopardo con unos cómodos y prácticos apliques de perlas cual princesa de oriente bailarina de Bollywood pueden hacer sombra al pie que podría vendimiar hectáreas de uvas de un solo pisotón.
Si hicieran frigopiés de este tamaño, se necesitaría litro y medio de helado de fresa. Imagen de @georginagio
Esta talla de pie no tiene número, sino que es 'tamaño ración de potaje de garbanzos de la abuela', y dilucida el motivo por el que Cristiano Ronaldo se enamoró de ella: seguro que chuta el balón que da gusto. Si Indiana Jones la llega de tener de acompañante en la escena en la que le persigue la bola, Georgi se hace una rabona con la roca y la manda a tomar por culo (que tampoco se le queda corto en tamaño).
Que la modelo podría dormir de pie si quisiese es un detalle que no ha pasado desapercibido entre sus fans, que se han quedado patidifusos con las patas difusas de Georgina. Es que viéndola ahí sentada, me recuerda a la parte de 'Cenicienta' en la que las hermanastras se intentan calzar el zapato de cristal en unos pies donde un juanete parecería el Teide. ¿Georgina y Carla Barber como Anastasia y Grisela en un Cinderella made in Spain? Yo lo veo.
