Una de las personas que pasó sin pena ni gloria por 'La isla de las tenciones', show poliamoroso por excelencia donde los cuernos se aprecian en las mismas cantidades que los cuerpos de gimnasio y los paquetes de 'Kleenex' gastados de tanto lagrimear por el ex de turno, fue Diego Pérez y su relación al borde de la quiebra con Lola Mencía.
Tanto él como su novia llegaron con el discursito de poner a prueba su fidelidad rodeados de solteros repletos de testosterona muy bien aprendido y les duraron los conocimientos aproximadamente un cuarto de hora, que fue lo que tardaron en ponerse la cornamenta.
Ahora, el cántabro ha capitaneado todos los titularacos y no porque haya aprobado su máster en ingeniería bioquímica (nótese el sarcasmo) sino porque ha sacado a relucir el contenido nunca visto del reality calenturiento.
Ha sido a través de un vídeo tiktokero donde el tentado fortachón ha soltado la bomba. Uno de los episodios más perturbadores ocurrió cuando este, piripi como él solo, se estampó contra el suelo y se rajó una de sus cejitas con un vaso: "Un día en una fiesta estaba contentillo, me caí y con un vaso de cristal me abrí esta ceja. Me empezó a sangrar la ceja, me tuvieron que llevar al hospital (...). Entré y había uno arreglando un banco con un martillo y luego me pasaron a una sala. Me pusieron en la camilla y, cuando me vino a coser, yo no sabía si era porque yo iba muy así, me parecía el de la entrada".
El siguiente capítulo inédito incluye sangre, violencia y telita de celos, y se originó la noche en la que Manué (el de la manita no-relajá) intercambió saliva con Fiama Rodríguez y Stefany Martínez: "Jesús se lo recriminó y tal y, bueno, estábamos también contentillos (...). Se caldeó la cosa (...). Y los tuve que separar yo, no sé qué me dijo así Manuel porque estaba contento y tal y casi le enchufo yo a él", ha zanjado el más chulito de República Dominicana.