Pablo Moya, tras unos meses después del reality, ya ha superado sus traumas con Rosito, con Mayka y con Óscar, el capitán garfio con contrato de permanencia (como hacían las compañías telefónicas) con el casting de cada edición de 'La Isla de las Tentaciones'. Sin embargo, había un complejo que la isla del puterío extremo no consiguió quitarle, ese que le hizo ser el Pepe Viyuela de la casa y que le dejaba con las mismas ilusiones que un jugador en el banquillo cada vez que había que hacer promo del champú oficial del programa: su alopecia.
Por eso, mientras que otros compis se gastan los dinerales en organizar fiestones ilegales como un ritual satánico para expandir el covid, él ha decidido invertir en un injerto capilar apostando por la marca España. Turquía es ya cosa de 'Divinity' y sus novelas.
"Voy a hacerme el trasplante capilar. A tiempo de raparme siempre estoy. Voy a dejar el móvil en breves, ahora os iré contando todo el proceso", compartió el murciano con sus followers antes de someterse a dicho retoque estético.
Ahora, Pablo ha reaparecido para mostrar sus resultados en Instagram: "Me estáis preguntando mucho. Todavía voy lento y mareándome con la anestesia", ha dicho cumpliendo la norma 'number one' del instagramer que consiste en justificar que se va a contar algo porque la gente lo ha pedido cuando, en realidad, el influencer declara porque le da la gana.
Con la cabeza color Rosito y con unos picores, seguramente, parecidos a los que sufrió este en la hoguera, el ex de Mayka ha reconocido que aun padece los síntomas del post operatorio: "No lo quiero enseñar mucho, tengo la cabeza bastante hinchada todavía", ha confesado.
El Dj favorito de Terelu ha tomado la decisión de no injertarse mucha cantidad de pelo para evitar un cambio radical en su rostro: "Quería tener cantidad arriba, para que cuando me dé un foco no me brille la cabeza". Ese es el problema principal de los calvos ricos, sin embargo, el del alopécico medio es que las gaviotas confundan sus cabezas con uno de sus huevos en un nido.
Sin tener porqué hacerlo, el Christofer de la segunda edición ha justificado su paso por quirófano con estas palabras para anteponerse a todo radical 'body positive' que le criticara: "Me acepto, me quiero, soy el primero que bromeo, pero me apetecía hacerlo para sentirme un poco más cómodo".
¡Haces bien, Pablo! No serás ni el primer ni último operado de ese reality. De hecho, creo que, aunque te pongas a menear la caballera como el de 'mira la magia de mi melena', te reconoceríamos antes que a Mayka o Lester antes de pasar por Carla Barber (con todo lo que eso implica).