Diego Matamoros ha vuelto a Mtmad por todo lo alto. Tras tomarse un descanso para hacerse unas cuantas pruebas médicas, el hijo de Kinkón ha regresado al confesionario oficial de Mediaset. Esta vez, el novio de la Doctora Pinchazos ha desvelado cómo se siente tras haberse sometido a más de una docena de retoques estéticos. Dieguiño tiene más bótox que sangre en el cuerpo, más ácido hialurónico que neuronas, y lo peor de todo, muchas ganas de seguir pinchándose cositas.
No, no son pocos (ni baratos) los retoques a los que se ha sometido Diego: se pinchó bótox en las orejas, se sometió a una 'masculinización facial' para parecer un hombretón de los pies a la cabeza, redujo su abdomen con una 'abdominoplastia' y consiguió el culo perfecto gracias a un innovador tratamiento. Y a todo esto, hay que sumarle los muchos tratamientos faciales con cremas, potingues y demás a los que se ha sometido Dieguiño.
Ahora, el noviete de Carla Barber, también adicta a pincharse cosas, ha confesado cómo se siente al haber pasado por boxes en innumerables ocasiones: "A día de hoy estoy muy bien. Ahora estoy más fit, me gusta mi cuerpo. Tengo la cara perfilada y me veo más guapo".
Además, ha revelado el último de sus retoques: unos cuantos pinchazos de bótox encima de las cejas para levantar la mirada. "Considero que la mirada hacia abajo es triste", ha dicho el hijo del colaborador. Desde luego, esto de hacerse retoquitos es un vicio. Dieguiño ya tiene la enfermedad del yonki del ácido: ve desperfectos donde no los hay.