Vamos a intentar contenernos a la hora de escribir este artículo, que hay un paso muy fino entre la sutileza y la escatología que no quisiéramos nosotros cruzar. Pero es que el tema, cuanto menos, es para cagarse.
Cada vez tenemos más claro que eso del karma cósmico existe. El universo es justo y equilibrado. Y no lo decimos por envidia, claro que no. A las pruebas nos remitimos: las Navidades de Aurah Ruiz han ido bien, muy bien. Que si ahora vuelve a estar feliz con su novio, Jesé Rodríguez; que si se vuelven a querer mucho; que si Jesé le regala un cochazo que, de verlo, la Barbie mandaba directamente su Fiat 500 al desguace...
Y todo en esta vida, querida Aurah, no te puede ir bien. ¿Por qué? Pues porque sería injusto para el resto de la humanidad, que la vida nos va normalita, tirando a mal. Así que por algún sitio tenía que salir tanta buena fortuna... Y ha acabado saliendo. Por el orto más concretamente.
Si es que luego pasa lo que pasa. Que llega el 6 de enero, nos ponen el Roscón de Reyes delante y parece que llevamos sin comer desde noviembre del año pasado. Y luego esto no lo arregla ni una sal de frutas y acabamos como acabamos: "entre vómitos y cagadas".
"Intoxicación máxima". Así misma lo ha llamado ella, que lo achaca al hecho de comer fuera de casa y no al zamparse kilo y medio (como cada español) de roscón. Que el día 7 de enero España se levanta con un 15% más de diabéticos (según estudios inventados).
Pero, por supuesto, en el día de ayer también tuvo tiempo para acordarse y dedicar unas palabras a los niños más desfavorecidos. A los que llevan la camiseta del París Saint-Germain y no porque sean fans de Jesé, sino porque es la única que les ha dado Cáritas.
"Existe pena en mí. En este día hay niños en el mundo que no saben lo que es un día de Reyes. Ojalá la vida no fuera tan injusta", escribe. Pero Aurah, cariño, tú no te preocupes, no te lleves el disgusto. Esto tiene solución. ¿A qué país donamos tu Lamborghini? Te dejamos elegir.
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