Cualquier madre que sabe a lo que se enfrenta, antes de entrar en casa de sus hijos (las suertudas) o a sus cuartos (las que no se lo quitan de encima ni con gel hidroalcohólico del pestoso que huele al boquino de un oso hormiguero), se santigua cuatro veces y se cuelga un collar de ajos porque de tal leonera puede asaltarte cualquier tipo de especie autóctona de la suciedad entre un desorden equiparable al de las escenas del videoclip de Isa P, que juntó licra roja, un concesionario de coches y el asesinato a Frozen. Todo un Da Vinci del esperpento.
Terelu es una madre que no solo teme que su hija use inciensos aromáticos como único producto de limpieza en su casa, ni que el polvo se pueda amontonar como para hacer rellenos de cojines, ni por la bestia de su yerno, Lobo, que las malas lenguas dicen que es un vampiro rollo Crepúsculo, sino que también tiene que enfrentarse a la mascota de Alejandra, que le da auténtica grima. Seguro que en la intimidad le llama 'Antonio David'. Son ascos equiparables.
Y es que Ale Rubio tiene un gato, bueno, el gato la tiene a ella, mejor dicho. Estos animales hacen lo que les da la gana, son como los ninis del reino animal.
La Meryl Streep española (Terelu Campos, la duda ofende) ha confesado en 'Viva la vida' tenerle tal pánico al felino que ni si quiera se pasa por casa de su niña para llevarle un tupper de croquetas ni para asesorarle en decoración, ya que ella es un poco gótica: "oye nena, ¿ese cuadro de la autopsia de la abuela de caperucita roja no quedaría mejor debajo del aire acondicionado con telarañas?" Sí, es que Ale es la Morticia Adams 'Bad Gyalizada' millennial.
La hija de la embajadora del churro ahora está feliz, contenta y porque sus sombras del pasado ahuyenta, según le contó a Torito (que se enamoró de la luna, a pesar de su diferencia de edad como Ana Soria y Enrique Ponce).
Su tía Carmen Borrego es la que le lleva comida porque vive cerca. Ten cuidado Ale, no la dejes pasar más allá de la puerta que esta es capaz de sacar unas fotos con el móvil de tu piso y venderlas, que es adicta a la 'Lecturas'.
nunca me he sentido tan identificado con terelu pic.twitter.com/0hgDSDsYC0
— David Andújar (@davidandu_) December 18, 2019
Ha quedado claro que a Terelu no le gustan los gatos, ella es más del perreo intenso como el que le ha hecho muy sexy cual devoradora de hombres a Ángel Martín en 'Dar cera, pulir #0' en sustitución de Patricia Conde. Vaya meneíto intenso, y eso que dijo que no quería probar más porras, perdón, que tenía el corazón cerrado.
O sea, que la única forma de estar en presencia de felinos que tiene la mayor de las Campos es bajando el booty hasta el suelo y menearlo al ritmo de "yo soy tu gatita, tu gatita, la que te explota como dinamita, soy gata y araña... ¡Aráñame el corazón!" Seguro que su amiga Ylenia le ha enseñado bien a hacerlo: Tikirelu Tikirelu miau miau.