Mira que yo nunca he tenido el inmenso placer de quedar a tomar chatos con Salma Hayek, todavía no ha sido el día. Pero que queréis que os diga... que ya la tengo muy vista de las revistas, desfiles, saraos y demás y a mí me parece que aunque sus bubas si son suyas, lo de la cadera que luce en la portada del september issue de Allure es un poco como que exagerado, que con el pedazo trasero que tiene (y lo digo en el buen sentido de la palabra, no vayáis a pensar mal) y con la pechonalidad que se gasta... esa mini-cadera que sólo lucen las avispas cuando están a dieta de flores pues como que no pega mucho.
De hecho es en la propia revista donde, como a recochineo, le preguntan a la propia Salma Hayek por sus pechos, sus caderas y su cuerpo en general para que quede bien clara la cosa y no quepa duda de que lo suyo, suyo es. Pero a mí no termina de convencerme...
Mis pechos no están mal, para que negarlo. No tengo ninguna queja de ellos. Cuando empecé, me di cuenta de que tenía que desempeñar el papel de algo que podían digerir en Hollywood, que era la chica sexy latina, no se vestía así en México
Y ya hablando de todo un poco y pasando de sus sos-pechosas caderas, se le preguntó por el tren de vida que llevaba, que no se priva de ningún lujo y los disfruta como la que más pero sobre todo acompañada de su hija:
Nunca he entendido el punto de vista de ser privilegiado si no tienes esos privilegios. Como por ejemplo, la gente que no lleva a sus hijos a restaurantes caros o no quiere viajar con ellos o les hacen pagar por todo cuando son realmente jóvenes. Creo que es importante que los niños tengan responsabilidades y entiendan el valor de las cosas, pero también creo que es fantástico recorrer el mundo acompañada de mi hija
Menuda madre molona ¿verdad?
Foto | Allure
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