Megan Fox, otra que también se esconde una vez que celebra su boda como Penélope Cruz. Al parecer esta vez Megan ha querido permanecer alejada de los medios (¿estará convirtiéndose?) y disfrutar de su boda y su luna de miel tranquilita sin que nadie les moleste ni les pregunte. Pero claro, la vida continua y ella sigue teniendo ocupaciones, como por ejemplo la gala de los premios 'VH1 Do Something', de la que ya os hablamos en Poprosa comentándoos lo bien parado que había quedado Joe Jonas en ellos.
Y yo me quedé encantadito. Porque salió al escenario morenísima, con una sonrisa que le daba la vuelta a la cara y sobre todo se le veía muy natural. Sin artificiosidades, siendo ella misma (que cuando es ella misma, en ocasiones hasta en una mujer la mar de agradable). Pero lo que más ilusión me hizo fue ver el orgullo y la satisfacción con la que lucía el anillo de compromiso que Brian Austin Green le había dado. Vamos, que si hubiese estrenado zapatos nuevos no estaría ni un cuarto de lo feliz que se le veía subida ahí arriba.
Y allí que estuvo, con su vestido color cámel, de un lado para otro sin dejar de enseñar la mano siempre que podía para que todos viéramos ese anillo que, por cierto, menudo anillo que se gasta la muchacha, así cualquiera le dice que no a la petición de matrimonio.
Sea como sea, desde aquí nos alegramos muchísimo por ella y efectivamente desmentimos eso de que a todo el mundo le sienta mal el matrimonio. A Megan Fox le ha cambiado el anillo, la cara y la vida, y tengo la esperanza de que a raíz de todo esto, su vida profesional vaya viento en popa y empiece a ganarse el respeto que se merece, que en el fondo no es tan mala chica.
Fotos | Huffingtonpost
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