En vista de que la primera entrega gustó, aquó os traigo una nueva remesa de fotos de famosos en situaciones y actitudes muy diferentes a las que nos tienen acostumbrados. Que ustedes las disfruten.
La primera foto, la que sirve de cabecera al post, corresponde al 80% de las Spice Girls vestidas de Eton Girls, despatarradas por el suelo y fumando unos pitillos. Supongo que como Mel C era la spice deportista pues lo del fumeteo no iba con ella.
Las Spice Girls fueron todo un fenomeno musical en los 90s. Para entonces Kurt Cobain ya se había suicidado y subido al Olimpo del Rock. Muy inesperado verlo de padre cariñoso con su hija y un gatito. Hasta las torturadas estrellas del grunge tienen su corazoncito.
También tenía instinto paternal un joven Arnold Schwarzeneger pero como no tenía hijos por aquel entonces pues tenía que calmar sus pulsiones paternas con una muñeca chochona. Entre bizarro e inquietante.
La imagen anterior podría hacer pensar que el bueno de Chuache era un poco moñas pero nada de eso y para demostrarlo tenemos esta imagen donde demuestra que es todo un Ladies Man.
Sean Penn se ha convertido en actor de prestigio y activista político pero en sus años mozos era un surfero que intentaba poner de moda las bermudas-chapa. Afortunadamente no lo consiguió.
Pero la verdad es que los 80s fueron tiempos duros para la moda y el buen gusto. Y si no que se lo pregunten a Robert Downey Jr. o mejor a Brooke Shields, cuya cara lo dice todo.
Aunque los 90s tampoco se quedaron atrás. Un buen ejemplo es el jugador del Barcelona Thierry Henry con su bigotillo y su pedazo de loro, envidia de todos los suburbios de París.
Y aquí tenemos a John Travolta marcándose un bailecito con Lady Di en una fiesta de etiqueta. Si llevar a cenar a la novia de Marsellus Wallace era un marrón, sacar a bailar a la princesa de Inglaterra ni te cuento. Suerte que el Dios de la Cienciología se le apareció en forma de Tony Manero y le iluminó.
Y otra pareja de baile inquietante: Uma Thurman con aletas y pico junto a Mikahil Baryshnikov, el reputado bailarín que escapó del yugo soviético y se convirtió en estrella.
Llegamos al final, de momento, con una curiosa instantánea: Kate Moss y Johnny Depp en la puerta de su casa, con la cena en las manos, hablando con los periodistas. Johnny, por favor, lava esas bermudas.
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