Ojalá poproseros que el cambio de imagen que os presentamos signifique también un propósito de enmienda. Lindsay Lohan se ha vuelto rubia de nuevo, abandonando ese color negro, negro que le sienta fatal. Y va a dejar de beber y correrse todas las juergas del mundo. Y va a volver al cine.
Quién sabe si este retorno al cabello claro es el inicio de una nueva era, unido al dispositivo que un juez le ha amarrado al tobillo para comprobar que sigue sobria. Además ahora la vemos siempre bebiendo té (la nueva afición de las celebrities) o café, y puede que una jartá de ellos se bebiera en la peluquería, porque tardaron casi ¡9 horas! en ponerla rubia. Ays, yo echo de menos a la niña Disney pelirroja llena de pecas y sin cosas raras en los labios, ni relaciones tempestuosas y raras, y no pierdo la esperanza de recuperarla, que soñar es gratis.
Vía | Popcrunch
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