Ya sabemos la afición que tiene Lindsay Lohan a beber. Y las consecuencias que eso la origina, porque o tiene muy poco aguante con los grados etílicos o es que se mete para el cuerpo más de los que su precioso (y dañado) hígado puede permitirse.
Y es que han sido numerosas las veces que Lindsay ha acabado en el calabozo por llevar alguna copichuela de más en el cuerpo y no controlar lo que hacía con el coche. Pero al parecer eso se va a acabar. La justicia ha decidido pararle los pies definitivamente y deberá acudir una vez por semana a clases de prevención contra el abuso del alcohol, y no podrá escaquearse como ha estado haciendo hasta ahora, pues es una orden judicial la que le obliga a ello:
"Voy a ordenar que esto se haga. Tiene que ser su máxima prioridad. Tanto si tiene un trabajo que hacer o cualquier otra cosa, tendrá que acudir una vez a la semana."
En estas clases se pretende que aprenda a beber con moderación y deje de conducir cuando se ha tomado alguna copa de más. Vamos, que le enseñan a decir hasta aquí hemos llegado y si me tomo otra copa más igual se me sube un poco a la cabeza y me da por hacer gilipolleces de esas que solo se me ocurren a mi. Pues sí, chata, eso es lo que pretenden.
Y al parecer Lindsay tiene como fecha límite el 15 de julio de 2010 para completar seis meses de esta formación, y si no la cumple deberá verse las caras con la juez de nuevo. Pero vamos, que esto no le asusta, que no es la primera vez que se ve las caras en un juzgado. Y asistir tampoco le hará perder mucho tiempo, porque como ahora está ociosa y no hay ni Dios que la contrate pues... al menos tiene alguien con quien charlar, ¿no?
Vía | ABC
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