¿Os acordáis de Twiggy?. Fue la primera top model de la historia y su imagen se convirtió en un icono de los años 60. Sus señas de identidad fueron su extrema delgadez y su mirada lánguida, sus enormes pómulos y sus expresivos ojos. Twiggy fue una isla de extrema delgadez, en un mundo de mujeres voluptuosas. Y precisamente su aspecto, la antítesis de la imagen de la mujer de los 50, fue quizá la que la aupó al olimpo de los iconos en los años de la contracultura.
Hoy en día, anorexia mediante, somos especialmente sensibles a imágenes donde la extrema delgadez femenina es un valor en si mismo. No pocas actrices han pasado por un infierno de vómitos y ayunos para vender una imagen irreal de si mismas al mundo. Otras, cuya extrema delgadez a todas luces resulta natural, como en el caso de Twiggy, han sufrido feroces críticas por su aspecto físico. La sospecha de la enfermedad ha planeado sobre ellas.
Es el caso de Keira Knightley, que siempre se queja amargamente de ser la diana de las críticas por su aspecto físico. Ha demandado a medios de comunicación por insinuar que padecía anorexia. Y ha salido vencedora de esas demandas. Y ahora, en un rapto de vanidad se le ocurre posar como Twiggy, ese icono de la delgadez extrema, para la revista Strut. Una forma como otra cualquiera de fomentar las críticas una vez más. No se si ha sido la decisión más inteligente de la Knightlley posar de esta guisa. Después del salto tenéis el resultado de la sesión de fotos.
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Vía | Celebrity Body Gossip