Assane Diop, el personaje de Omar Sy en 'Lupin', parece ser un exalumno de Erasmus del Profesor de 'La Casa Papel' dadas sus rebuscadas estratagemas López para salir airoso de sus robos y su faceta guasherona-vacilona ante todo aquel que obstruye su camino hacia la delincuencia.
El daño que va a hacer este apasionante ejemplo sobre el atractivo del robo a los souvenirs este verano... ¡Los guiris van a imitar al héroe de 'Netflix' cuando manguen un imán con forma de paella en la costa!
Pero Álvaro Morte (Profesor) no ha sido el único maestro de Omar Sy. El actor ha tenido otras grandes institutrices en cuanto al idioma desde su llegada a Estados Unidos, ¡las Kardashians! Polioperadas, culonas, drama queens, sí, pero también preparadoras oficiales para el Advance del Cambridge en listening, writting, reading y el lifting. Todo en uno.
Omar (que no es el novio de Anabel Pantoja, ese es 'El Negro'...) ha reconocido en el programa de Jimmy Kimmel que, tras el éxito de 'Intocable' (2011) y su consecuente llegada a Hollywood, le costaba mucho seguir los programas de humor como Saturday Night Live por la velocidad parlante de sus actores. Vaya, eso es como si para aprender español te poner a ver los roscos de 'Pasapalabra' o los 'Mtmad' de Steisy... ¡Imposible!
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— Carapóon. * ʕ•̫͡•ʔ🚩 (@iranzox) May 26, 2021
Por eso, Omar Sy optó por algo más sencillito para dar sus primeros pasos en el inglés: el reality 'Keeping up with the Kardashian', el 'Magic English' de los adultos. "Era fácil de entender", reconocía el actor demostrando que ya domina a la perfección la lengua.
"No tienes que explicar por qué, lo sabemos", bromeaba Kimmel (el Pablo Motos americano, pero sin hormigas) dando a entender que Kim, Kylie, Kendall y compañía tampoco es que den para mucho más. Claro, al tener las caras estiradas nivel sábana de hotel, pues las muchachas tienen que esforzarse un poco más para vocalizar y tardan el doble en articular las palabras.
Omar Sy ha comentado que, diez años después de su bombazo por la película que le lanzó al estrellato internacional, ha echado raíces en terreno americano.
El Mario Casas francés (no por nada, sino porque salen los dos en todas las producciones de su país) siempre intenta mantener las costumbres fancesas de cenitas de picoteo, queso de postre y vino a cantidades industriales (entre otras cosas) en casa, tarea nada sencilla ya que sus hijos son un 60% americanos, un 30% franceses y un 10% senegaleses, tal y como ha explicado él mismo.