Pocas películas han congregado tal reunión de machos y cachondacos por metro cuadrado como '300'. Desde casi el primer minuto y hasta el final, no hay otra cosa que abdominales por aquí, pectorales por allá, culetes torneados y pellizcables acullá... Vamos, que salivo sólo de recordarlo.
Pero no soy la única, ni vosotras tampoco lo sois, porque hasta el propio Gerard Butler ha confesado que se lo pasó como un enano haciendo la peli. ¡Y nosotras viéndote, macizón! Dice que ha sido el mejor personaje que ha interpretado, y que estaría encantadérrimo de la vida de hacer una segunda parte.
Yo sólo de pensar en volver a verlos a todos con el gayumbo rústico y la capa granate a la espalda, con esos torsos brillantes por el sudor y esas melenas al viento... Aunque, eso sí, yo de la peli más que con Gerard Butler me quedo con el buenorrísimo de Michael Fassbender, que está de quitar el hipo. Que tampoco le haría ascos llegado el momento a Leonidas, ¡hoygan!
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