George Clooney y las dos mujeres de su vida

Sin duda que George Clooney es todo un gentleman del siglo XXI. De eso no dudamos ninguno. Pero lo que aquí vamos a comentar es bien distinto. Porque muchos medios han catalogado la aparición de George Clooney, en compañía de su novia Elisabetta Canalis y de su madre Nina, como un simple gesto de acercamiento entre ambas partes implicadas en la relación (porque sí, la madre de George Clooney también pinta en la relación, como todas las madres al fin y al cabo...) o para demostrar que tanto Elisabetta como su madre son dos personas muy importantes en su vida.

El hecho es que acudieron los tres en amor y compañía al estreno en Los Ángeles de la última película del actor, 'Up in the Air' y ambas mujeres, a juzgar por las fotos, han mostrado tener muy buen 'feeling' entre ellas y llevarse estupendamente. Pero yo la verdad, que soy un poco mal pensado por naturaleza, creo que esta aparición esconde otro motivo algo más retorcido que el simple gesto de presentar en sociedad a novia y nuera.

Son muchos los rumores que apuntan a que desde hace días George Clooney y su novia no se están echando precisamente piropos a la cara, y las cosas andan tensas entre los dos. Desde luego que a George Clooney no le ha gustado nada que Elisabetta Canalis posase desnuda para la revista Playboy, eso está más claro que el agua. Pero además, las malas lenguas afirman que la presentadora italiana le habría sido infiel a Clooney con el jugador del Milán, Clarence Seedorf e incluso con un actor brasileño (no uno, sino dos posibles pretendientes para hacer de George todo un cornudo).

Por lo que esta aparición en público de ambos, podría ser nada más que una sencilla estratagema para demostrar que todo entre los dos va como la seda. Que sí, que podría haber llevado solo a Elisabetta e igual hubiese funcionado del mismo modo el plan... pero o bien la madre estaba aburrida ese día en casa y le apeteció ir al estreno de la peli de su churrumbel, o George consideró que juntar a la madre y a la novia era una prueba más fehaciente de que todo va viento en popa y a toda vela. Las cosas, vistas así, cuadran mucho mejor.

Vía | El Periódico