El día de ayer la segunda jornada de alfombra roja del Festival de Cannes tuvo dos nombres propios: Eva Longoria y Mariah Carey. La primera aparecía por la tarde enfundada en un maravilloso vestido de Versacce de la mano de su inseparable Tony Parker con el que se dio mil y un besos mientras posaba ante los medios. La actriz acudió a la proyección de la película 'Bright Star'.
Eso sí lo más importante de la visita de la pareja al país galo es que ha vuelto a expresar su deseo de mudarse a Francia para establecerse allí una vez que haya terminado con los rodajes de 'Mujeres desesperadas' y su Tony cumpla con su contrato en la NBA. Hay que tener en cuenta que visto así, no será algo inminente, principalmente porque el jugador del San Antonio Spurs está en su mejor momento deportivo a sus 26 años. Claro, que todo sea que renuncie por amor a su carrera y vuelva a la liga francesa de la que surgió. Todo puede ser.
Otra de las protagonistas como digo, fue Mariah Carey que hacía su debut en Cannes que se presentaba muy elegante de negro. Y os preguntaréis a cuento de qué estaba ésta por allí, qué pintaba posando en la alfombra roja junto a otros actores y junto a Lenny Kravitz. Pues bien, resulta que Mimi ha participado en la película 'Precious', un dramón como la copa de un pino a la vista del trailer, que se proyectaba en el festival. Eso sí, lo más curioso de la película es el gran cambio de look que sufrió la cantante para interpretar su papel, nada que ver con la imagen a la que nos tiene acostumbrada y fijo que este es su aspecto más real al levantarse de la cama...
Otras de las presentes que tuvieron su grado de protagonismo fueron por ejemplo Juliette Binoche, Rosanna Arquette o Elizabeth Banks.
Ahora esperaremos a la llegada de Penélope Cruz que será hoy mismo, no nos perderemos nada de lo que haga, como no podía ser menos.
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