En este tipo de situaciones siempre hay dos opciones: o bien te lo tomas a la tremenda, montas un numerito de estos de pillártela como si se fuera a acabar el mundo mañana acabando en comisaría sin bragas y con unas ojeras que te llegan hasta el suelo (salir por la puerta grande, que lo llamo yo) o bien no le das la máxima importancia y hablas de tus problemas como quien cuenta que acaba de pintar las paredes del cuarto de amarillo huevo. Y sinceramente veo mejor la segunda opción, que es como más elegante y profesional que la primera, esa mejor se la dejamos a la Lohan y la Hilton, que ya son duchas en el sutil arte de reconocer sus vicios a base de lingotazos y noches en calabozos.
Pues eso, que Daniel Radcliffe no tiene ningún problema en reconocer que hubo una temporada en que se pasó con la botella y le invadió el espíritu de Macaulay Culkin, de ir por la vida como una estrella famosa agarrado a una botella de Whisky de malta y lanzando improperios a diestro y siniestro (que no creo, que yo le veo borracho pero le veo educado)
Me volví dependiente del alcohol para disfrutar de todo. Pasé unos años en los que estaba enamorado de la idea de vivir el estilo de vida de una persona famosa, pero eso ya no va conmigo
¿Y cómo lo ha hecho para desengancharse? ¿Terapia de grupo? ¿Le ha pedido el número a Kate Moss para intercambiar experiencias? Qué va, mucho más fácil a la par que ternesco. La solución a todos los problemas de Daniel Radcliffe se llama Olive Uniacke, es guapa, no tiene tanto dinero como él pero parece ser que le tiene loquito y muerto de amor, condición suficiente para hacerle olvidar la botella y dedicarse… a sus cosas:
Actualmente estoy disfrutando el hecho de poder tener una relación con mi novia en la que me siento muy a gusto, mucho más que siendo una persona que acude a fiestas para tomarse un par de copas y pasar un buen rato. Hacía eso en vano. Ahora prefiero quedarme en casa leyendo o hablando con alguien que me haga reír. No tengo ninguna vergüenza en disfrutar con la vida tranquila. Y esto ha sido toda una realización para mi
Ahora, al margen de coñas y bromas, tengo que decir que tiene que ser muy duro confesar algo así para una persona que sabe de sobra que le siguen miles de críos y que tiene que dar una imagen cándida y tierna por lo menos hasta que dejemos de verle como al tierno Harry Potter. Así que lo que ha hecho es para ponerle un pin y darle un beso en la frente, que se lo merece.
En Poprosa | Poprosa gastronomía: cómete a Harry Potter
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