Tras convertirse en papá debe haber sufrido un subidón. O eso o que te cambia la vida tanto como para mostrarte tremendamente simpático, amigable y de buen rollo, como pocas veces lo hemos visto. Javier Bardem acudió a la reunión de nominados al Oscar y atendió a la prensa. Ya sabéis: las típicas preguntas sobre su papel que habrá contestado miles de veces y que no estimulan mucho. Pero Javier Bardem sacó su lado más amable, simpático y estuvo de buen rollo respondiendo a todos. En español o en inglés. Con soltura, sonriente y dejando claro que quiere otra estatuilla. Que a su hijo le hará ilusión cuando crezca jugar con ellas y con la de mamá.
No sabemos si ese arrebato de buen rollo que mostró fue una interpretación, aunque apostaría a que tras ser papá, la felicididad debe invadirle tanto que no puede evitar sonreir con tanta facilidad. Bueno, también resulta que es un buen profesional, no nos olvidemos. Javier, suerte y nos alegra verte tan contento (mucho más que cuando le preguntaban por su paternidad).
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