A ver, que levante la mano quien haya tenido alguna vez un compañero de pupitre como el bueno de James Franco, porque yo os aseguro que en mi instituto no había maromos como estos. No sé, será que soy de barrio humilde.
Que vamos, que tampoco es que haya triunfado tanto ninguno, aunque de todo hemos tenido, pero eso sí, siempre con declaraciones un poco más sencillitas que las de James Franco, que no estoy muy segura si está siendo majo o nos está llamando lerdos, así que por si las moscas me voy a hacer la rubia y pasarlo un poco por encima.
Resulta que como no tiene un patrón de personaje a interpretar o de vida a seguir, que lo mismo va de científico que la lía parda o de escalador que pierde un brazo, o aburre a las ovejas presentando los Oscars, o abre exposiciones de arte, y claro, pues la gente habla, y critica y a él pues se la sopla todo un poco y eso lo convierte en un poco más de arte. Vamos que le da igual que lo vean confuso, que lo critiquen y todo eso, que considera toda esa confusión un reflejo de lo que hoy es la cultura.
Bueno a lo que voy que ya me estaba desviando con los comentarios sesudos que no son horas de ponerse tan profunda, que en esta ocasión ha decidido mostrarnos su arte con la otra portada no apta para todos los públicos de la revista Flaunt, y que es ni más ni menos que ese culillo respingón que veis ahí arriba. Ea para disfrute.
Vía y fotos | Flaunt Magazine
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