¡¡Pero qué monos, por dior!! Y ahora después de este piropo toca echar la bronca, porque aún no habíamos podido dar ni la enhorabuena a los toritolitos recién casados. Sí, desde que Ana de Armas y Marc Clotet se casaron este verano no los habíamos vuelto a ver ni en público ni en privado, es como si se hubiesen volatilizado. Vamos que son tan recelosos de su intimidad que los teníamos totalmente perdidos, pero por fin han salido de su agujero.
El escenario escogido para hacer alarde de lo guapos que son, lo enamorados que están y que encima son buenos profesionales, ha sido el Festival de Cine de San Sebastián cuyas luces se apagan ya. Resulta que Marc Clotet presentaba película y su querida esposa no ha querido la oportunidad de apoyar a su maridito en la más pura promoción. Es lo que tienen los gajes del oficio.
El caso es que esta vez han estado de lo más receptivos con la prensa. De hecho Ana de Armas hasta ha enseñado su anillo de boda y todo, ¡qué exceso, qué derroche, qué alborto! Eso sí, de detalles del bodorrio, de la luna de miel o similar, ná de ná, que las rebajas ya se terminaron.
Me encanta esta parejita, son divinos, demasiado jóvenes, pero divinos.