La que tuvo, retuvo. Este dicho del inabarcable refranero español se puede aplicar perfectamente a esa generación de supermodelos que apareció a finales de los 80 y principios de los 90 acaparando portadas, envidias (de ellas) y suspiros (de ellos) a lo largo y ancho de todo el mundo. Las Claudia Schiffer, Elle McPherson, Naomi Campbell y compañía fueron dejando paso en las pasarelas a las generaciones más jovenes pero siguen aprovechando cualquier oportunidad, bien en las playas o bien en las portadas de las revistas, para demostrar que, rondando la cuarentena (cuando no superándola), siguen siendo las verdaderas diosas.
Helena Christensen, aquella morenaza de ojos verdes que protagonizara el videoclip Wicked Game de Chris Isaack para luego pasarse al otro lado de las cámaras y convertirse en una reputada fotógrafa, es una de mis favoritas de aquella generación de mujeres perfectas y, si hace unos meses ya sorprendiera en ropa interior para Agent Provocateur, ahora lo hace más todavía con una sesión completamente desnuda para el prestigioso Solve Sundsbo, demostrando que a sus 41 años sigue igual (o, para mi gusto, incluso mejor) de espectacular que hace quince años.
¿Qué tendrán estas mujeres que parece que el tiempo y la gravedad no pasa por ellas? ¿Habrán hecho un pacto con el diablo? ¿Serán ángeles? ¿Androides? ¿Obras de Dios y los mejores cirujanos? Ni idea pero que sigan así muchos años más.
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Vía y fotos | NSFW POA
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